A horas del pase de mando, la Iglesia argentina reunió este domingo 8 de diciembre al presidente electo, Alberto Fernández, y el mandatario saliente, Mauricio Macri, en la basílica de Luján en el marco de la Misa por la Patria. La convocatoria fue impulsada por el nuevo arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Scheinig, y el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el obispo de San Isidro Oscar Ojea, en ocasión del Día de la Virgen y el inicio de un año litúrgico dedicado a su figura.
El acto religioso llegó con un mensaje antigrieta, con el pedido de “construir una Patria de hermanos, una Patria de justicia, de fraternidad y de unidad”. La postal de los mandatarios, saliente y electo, abrazándose al momento de "darse la paz" sirvió de broche como muestra de tolerancia y respeto en pleno recambio electoral.
En el día de la Inmaculada Concepción de María, Macri y Fernández se ubicaron en sillas contiguas en la primera fila, se mostraron distendidos y dialogando en más de una oportunidad, y durante el tradicional "saludo de la paz", se abrazaron, en clara señal de cordialidad hacia el interior de sus espacios políticos.
Así ambos saludaron a las esposas de sus rivales políticos, y Fernández se acercó a saludar a los ministros del Gobierno de Macri, mientras este se abrazaba con el futuro jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Al finalizar la ceremonia, el jefe de Gabinete saliente, Marcos Peña, y el ex embajador en el Vaticano, Eduardo Valdés, compartieron un breve diálogo con la prensa.
"Estamos seguros que este gesto que estamos realizando habla por sí mismo", expresó monseñor Scheinig durante la misa, y pidió que “estos días históricos se conviertan en una puerta para entrar en esta nueva etapa con sinceros anhelos de paz y unidad”. En este marco, agradeció la presencia de todos, en especial al "señor Presidente, y usted señor presidente electo", además de los gobernadores, senadores, diputados, líderes políticos, sindicalistas, empresarios y los movimientos sociales que se habían hecho presentes.
“Hoy nos hemos convocado para rezar por la unidad, que es un don y una tarea. Vivir en este suelo bendito es un don, un inmenso regalo que hemos recibido. Nuestra patria es hermosa y en especial en su gente. Somos un pueblo solidario, que siempre que pone el hombro cuando se llama al esfuerzo”, sostuvo Scheinig , y recalcó: “Le hemos dado al mundo un Papa, el primero de nuestro continente".
En este sentido, nombró en varios pasajes de su intervención al Pontífice, de quién dijo que "conviene escucharlo en forma directa, sin quienes lo interpretan y lo parcializan", enfatizando que “la unidad es una tarea que nos compromete a todos porque es frágil y la rompemos con facilidad”. “La unión de un pueblo es una tarea, una lucha que comienza en el corazón de cada uno. Debemos ser capaces de superar los egoísmos de cada uno. Es una batalla comunitaria, colectiva, que estamos invitados a dar todos los que deseamos a ser un pueblo con horizonte”, recalcó Scheinig. A Fernández lo acompañaron su pareja, Fabiola Yáñez, ya mencionamos al futuro jefe de Gabinete Santiago Cafiero, y también estuvieron Felipe Solá, Marcela Losardo, Daniel Arroyo, Gustavo Béliz, Juan Cabandié, Gabriel Katopodis y Nicolás Trotta, entre otros itegrantes del gobierno del Frente de Todos que iniciará su gestión este martes 10 de diciembre. Además, participó de la ceremonia el ex candidato presidencial Roberto Lavagna.
Macri estuvo junto a su mujer, Juliana Awada, la vicepresidenta Gabriela Michetti, además de Marcos Peña y otros integrantes del gabinete saliente, como Carolina Stanley y el secretario de Culto, Alfredo Abriani. El gobernador bonaerense entrante, Axel Kicillof, agradeció la invitación pero no estuvo presente, lo mismo que la vicepresidente electa, Cristina Kirchner.