Cada 24 de abril se celebra el Día mundial de la meningitis. En este día se realizan diversas actividades para informar a la población a nivel mundial sobre la importancia de la prevención de esta enfermedad mediante la vacunación. La meningitis es un proceso inflamatorio de las meninges, que son las membranas que envuelven al cerebro y médula espinal, con diversas causas, entre las que se destacan la bacterianas, virales y micóticas (hongos), registró AIM.
La meningitis es una enfermedad consistente en la inflamación del tejido delgado que rodea la médula espinal y el cerebro. Se trata de una infección bacteriana grave que puede causar importantes daños cerebrales incluso la muerte en un 50 por ciento de las personas que no son tratadas.
Durante toda la jornada del Día mundial de la meningitis celebrada el día 24 de abril, el número 24 cobra gran importancia porque puede llegar a ser una enfermedad devastadora en 24 horas, de ahí la importancia de la vacunación y prevención frente a la misma.
Síntomas de la meningitis
Entre los síntomas más frecuentes que puede causar la meningitis se encuentran:
Cefalea
Vómitos
Sarpullido
Somnolencia
Fiebre elevada
Fotosensibilidad
Rigidez de nuca
Prevención de la meningitis
La Organización Mundial de la Salud pretende hacer frente a esta grave enfermedad mediante la vigilancia, detección e investigación de los casos que ocurren a lo largo del planeta.
Por ello es muy importante la vacunación para prevenir y evitar que la enfermedad se convierta en una epidemia, sobre todo en aquellos lugares en los que se registra una mayor frecuencia como por ejemplo el cinturón de la meningitis de África que se encuentra entre Senegal y Etiopía.
En la actualidad existen tres tipos de vacunas utilizadas para controlar la enfermedad:
Vacunas conjugadas contra los meningococos del grupo A.
Vacunas conjugadas contra los meningococos del grupo C.
Vacunas tetravalentes (Grupo A, C, Y, W135).
Vacunas a base de polisacáridos meningocócicos
Más sobre la enfermedad
La meningitis es un proceso inflamatorio de las meninges, que son las membranas que envuelven al cerebro y médula espinal, con diversas causas, entre las que se destacan la bacterianas, virales y micóticas (hongos), informaron fuentes médicas.
Existen dos grandes grupos de meningitis: las causadas por bacterias -meningitis bacterianas- y las causadas por otros gérmenes -meningitis no piógenas-, y dentro de las primeras los principales agentes son: meningococo y neumococo.
Las meningitis bacterianas, predominantes en esta época del año, se transmiten de persona a persona por contacto directo, a través de la vía respiratoria.
Los síntomas son la fiebre alta, cefalea intensa con rechazo a la luz -fotofobia- nauseas, vómitos, en algunos casos manchas rosadas en la piel.
En lactantes, se manifiesta con rechazo de alimento y llanto persistente y en niños pequeños, irritabilidad y somnolencia, rigidez de nuca, alteración de la conciencia y convulsiones.
Ante estos síntomas la persona debe concurrir inmediatamente al médico para su evaluación clínica, y quienes tuvieron contacto directo con una persona con diagnóstico con meningitis deben concurrir a su médico y cumplir con las indicaciones que le recomiende el profesional.
La quimioprofiláxis -medicación antibiótica preventiva- sólo es necesaria en algunos tipos de meningitis bacteriana.
La mejor forma de prevenir la enfermedad es la vacunación
La manera más adecuada de prevenir la meningitis es a través de las vacunas. Esto ayuda a combatir la bacteria llamada meningococo tipo A y C y el neumococo y que neutraliza su aparición en el organismo y en caso de aparecer, mata la bacteria.
Por lo general esta vacuna es aplicada en niños a partir de los primeros meses de vida. Es suministrada en varias dosis. Causa algunos síntomas leves y no puede ponerse si el menor presenta fiebre.
El peligro de no conocer bien la enfermedad
El problema real de la aparición de la meningitis, es que muchas personas no saben detectar a tiempo los síntomas que la producen y cuando ya la enfermedad está presente, a veces es demasiado tarde para el paciente.
En este sentido, saber reconocer estos síntomas es de vital importancia, sobre todo, en la población infantil, que es la más vulnerable en la mayoría de los casos. Como se propaga de manera rápida, las primeras horas de atención y tratamientos, son cruciales.