El 20 de diciembre de 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución en la cual exhorta a los Estados, al sistema de la ONU, a la sociedad civil y a todas las partes implicadas a seguir observando el 6 de febrero como el Día Internacional de la Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina, y a aprovechar la ocasión para mejorar las campañas de sensibilización y tomar medidas concretas contra la mutilación genital femenina, registró AIM. La mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos consistentes en alterar o dañar los órganos genitales femeninos por razones que nada tienen que ver con decisiones médicas, y es reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas.[{adj:70140 alignright}]
Refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada, y constituye una forma extrema de discriminación contra mujeres y niñas. La práctica viola sus derechos a la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometidas a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte.
Para abandonar la práctica de la mutilación genital femenina, es necesario realizar esfuerzos sistemáticos y coordinados que involucren a las comunidades enteras, que se enfoquen en los derechos humanos y en la igualdad de género. Estos esfuerzos deben hacer hincapié en el diálogo social y en el empoderamiento de las comunidades para actuar colectivamente y poner fin a la práctica. También deben atenderse las necesidades de salud sexual y reproductiva de las mujeres y niñas que sufren sus consecuencias.
El Unfpa y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), han liderado conjuntamente el mayor programa a escala mundial para acelerar la eliminación de la mutilación genital femenina. El programa se centra actualmente en 17 países de África y también es compatible con las iniciativas regionales y globales.
Datos destacables
Se calcula que hay al menos 200 millones de niñas y mujeres mutiladas en todo el mundo.
En la actualidad, cada año se mutilan los genitales a tres millones de niñas.
44 millones de niñas menores de 14 años han sufrido la ablación, principalmente en Mali (73 por ciento), Gambia (56 por ciento), Mauritania (54 por ciento) e Indonesia (49 por ciento).
Los países con la prevalencia más alta entre niñas y mujeres de 15 a 49 años son Somalia (98 por ciento), Guinea (97 por ciento), Djibouti (93 por ciento) y Egipto (87 por ciento).
La mutilación genital femenina se practica en niñas en algún momento de sus vidas entre la infancia y la adolescencia.
La ablación es causa de hemorragias graves y otros problemas de salud tales como quistes, infecciones e infertilidad, así como complicaciones en el parto, y conlleva, además, un mayor riesgo de muerte de recién nacidos.
La mutilación genital femenina es una violación de los derechos humanos de las niñas y mujeres.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5, Igualdad de género, incluye entre sus metas «Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina» (meta 5.3).
Varias organizaciones intergubernamentales —entre otras, la Unión Africana, la Unión Europea y la Organización de Cooperación Islámica— y tres resoluciones de la Asamblea General de la ONU han pedido la eliminación de la mutilación genital femenina.
Procedimientos
La mutilación genital femenina se clasifica en cuatro tipos principales:
Clitoridectomía: resección parcial o total del clítoris (órgano pequeño, sensible y eréctil de los genitales femeninos) y, en casos muy infrecuentes, solo del prepucio (pliegue de piel que rodea el clítoris).
Excisión: resección parcial o total del clítoris y los labios menores, con o sin excisión de los labios mayores.
Infibulación: estrechamiento de la abertura vaginal para crear un sello mediante el corte y la recolocación de los labios menores o mayores, con o sin resección del clítoris.
Otros: todos los demás procedimientos lesivos de los genitales externos con fines no médicos, tales como la perforación, incisión, raspado o cauterización de la zona genital.
No aporta ningún beneficio a la salud, solo daño.
La MGF no aporta ningún beneficio a la salud de las mujeres y niñas, sino que la perjudica de formas muy variadas. Como implica la resección y daño del tejido genital femenino normal y usano, interfiere con la función natural del organismo femenino.
Entre sus complicaciones inmediatas se encuentran el dolor intenso, choque, hemorragia, tétanos, sepsis, retención de orina, llagas abiertas en la región genital y lesiones de los tejidos genitales vecinos.
Las consecuencias a largo plazo pueden consistir en:
-infecciones vesicales y urinarias recurrentes;
-quistes;
-esterilidad;
-aumento del riesgo de complicaciones del parto y muerte del recién nacido;
-necesidad de nuevas intervenciones quirúrgicas, por ejemplo cuando el procedimiento de sellado o estrechamiento de la abertura vaginal (tipo 3 mencionado anteriormente) se debe corregir quirúrgicamente para permitir las relaciones sexuales y el parto. A veces se vuelve a cerrar nuevamente, incluso después de haber dado a luz, con lo que la mujer se ve sometida a aperturas y cierres sucesivos, aumentándose los riesgos inmediatos y a largo plazo.
Población en riesgo
Los procedimientos de MGF se practican en la mayoría de los casos en la infancia, en algún momento entre la lactancia y los 15 años, y ocasionalmente en la edad adulta. En África, cada año unos tres millones de niñas corren el riesgo de sufrir MGF.
Más de 125 millones de mujeres y niñas vivas actualmente han sido objeto de la MGF en los 29 países de África y Oriente Medio donde se concentra esta práctica.
Estas prácticas son más frecuentes en las regiones occidental, oriental y nororiental de África, en algunos países de Asia y del Oriente Medio y entre migrantes de esas áreas.
Causas culturales, religiosas y sociales
Las causas de la MGF consisten en una mezcla de factores culturales, religiosos y sociales existentes en familias y comunidades.
Cuando es una convención social, la práctica tiende a perpetuarse por la presión social a adaptarse a lo que hacen los demás y a lo que se ha venido haciendo tradicionalmente.
La MGF se considera a menudo parte necesaria de la buena crianza de la niña y una forma de prepararla para la vida adulta y el matrimonio.
La MGF suele estar motivada por creencias acerca de lo que se considera como un comportamiento sexual adecuado, relacionándose los procedimientos con la virginidad prematrimonial y la fidelidad matrimonial. En múltiples comunidades se considera que la MGF reduce la libido femenina, ayudando a la mujer a resistirse a los actos sexuales «ilícitos». Por ejemplo, cuando se estrecha o cubre la abertura vaginal (procedimiento de tipo 3), se cree que el miedo al dolor si se reabre o el miedo a ser descubiertas desalientan aún más las relaciones sexuales «ilícitas» en las mujeres a las que se les ha aplicado ese tipo de MGF.
La MGF está asociada con ideales culturales de feminidad y modestia, que incluye la noción de que las niñas están “limpias” y «bellas» después de la resección de partes del cuerpo consideradas «masculinas» o «sucias».
Aunque no hay escritos religiosos que prescriban la práctica, quienes la llevan a cabo suelen creer que tiene un respaldo religioso.
Los líderes religiosos adoptan diferentes posiciones con respecto a la MGF: algunos la fomentan, otros la consideran irrelevante para la religión, y otros contribuyen a su eliminación.
Las estructuras locales de poder y autoridad, como los líderes comunitarios y religiosos, los circuncidadores e incluso parte del personal médico, pueden contribuir en algunos casos al mantenimiento de la práctica.
En la mayoría de las sociedades la MGF se considera una tradición cultural, argumento que se utiliza a menudo para mantener su práctica.
En algunas sociedades, la adopción reciente de esta práctica está relacionada con la imitación de las tradiciones de grupos vecinos. A veces ha comenzado como parte de un movimiento más amplio de resurgimiento religioso o tradicional.
En algunas sociedades la MGF se está introduciendo en nuevos grupos desplazados hacia zonas donde la población local la práctica.
Respuesta internacional
En diciembre de 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución sobre la eliminación de la mutilación genital femenina.
En 2010 la OMS publicó en colaboración con otros organismos de las Naciones Unidas y organizaciones internacionales una estrategia mundial para acabar con las mutilaciones genitales femeninas practicadas por dispensadores de atención de salud (Global strategy to stop health care providers from performing female genital mutilation)
En 2008 la OMS, junto con otros nueve organismos de las Naciones Unidas, hizo pública una nueva declaración sobre la eliminación de la MGF en la que se abogaba por un aumento de las actividades de promoción del abandono de la MGF. En la declaración de 2008 se documentan datos acerca de la práctica recopilados a lo largo de los últimos diez años, se destaca el reconocimiento cada vez más amplio de sus dimensiones legales y de su relación con los derechos humanos, y se aportan datos sobre su frecuencia y alcance. Asimismo, se resumen las investigaciones sobre las causas de su persistencia, la forma de detenerla y sus efectos perjudiciales para la salud de las mujeres, las niñas y los recién nacidos.
La nueva declaración se basa en la declaración original publicada conjuntamente en 1997 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).
Desde 1997 se han hecho grandes esfuerzos para luchar contra la MGF a través de la investigación, del trabajo con las comunidades y del cambio de las políticas públicas. Los progresos realizados a nivel tanto internacional como local constan de:
-una participación internacional más amplia en la eliminación de la MGF;
-la creación de organismos internacionales de seguimiento y la adopción de resoluciones que condenan la práctica;
-la revisión de los marcos legislativos y un apoyo político creciente a su eliminación (destaca la aprobación de leyes contra la MGF en 24 países africanos y en varios estados de otros dos países, así como en 12 países industrializados con inmigrantes procedentes de países donde se practica la MGF);
-en la mayoría de los países, se registra la disminución de la práctica de la MGF y el aumento del número de mujeres y hombres de las comunidades afectadas que se declaran a favor de su eliminación.
Las investigaciones revelan que si las comunidades afectadas decidieran abandonarla, la MGF podría eliminarse muy rápidamente.
Respuesta de la OMS
En 2008, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución (WHA61.16) sobre la eliminación de la MGF, en la que se subrayaba la necesidad de una acción concertada entre todos los sectores: salud, educación, finanzas, justicia y asuntos de la mujer.
Las actividades de la OMS para eliminar la MGF se centran en:
-fortalecimiento de la respuesta del sector de la salud: elaboración de materiales formativos, políticas y directrices para que los profesionales sanitarios puedan tratar y aconsejar las mujeres y niñas que han sufrido estos procedimientos;
-investigación: adquisición de conocimientos sobre sus causas y consecuencias, la forma de eliminarla y la atención a quienes la han sufrido;
-medidas de promoción: publicaciones y creación de instrumentos que fomenten las actividades internacionales, regionales y locales destinadas a acabar con la MGF en una generación.
La OMS está especialmente preocupada por la tendencia creciente a la participación de personal con formación médica en las prácticas de MGF. La OMS insta encarecidamente a los profesionales sanitarios a que no realicen esos procedimientos.
Un esfuerzo extra en 2014
En diciembre de 2014, la Asamblea General adoptó sin voto una resolución para intensificar los esfuerzos para la eliminación de la mutilación genital femenina. En ella, se pide a los Estados que desarrollen, apoyen y cumplan estrategias que prevengan esta práctica, incluyendo la formación de personal médico, trabajadores sociales y líderes locales y religiosos para asegurar que dan unos servicios competentes de apoyo y cuidado a las mujeres y niñas en riesgo de sufrir esta mutilación o que ya la hayan sufrido.
¿Qué hacer para acabar con la Mutilación Genital Femenina?
Aunque la mutilación es una práctica que tiene más de mil años hay motivos para pensar que se puede acabar con ella en una generación, y las Naciones Unidas luchan por su erradicación para el año 2030, como parte del cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), han liderado conjuntamente el mayor programa a escala mundial para acelerar la eliminación de la mutilación genital femenina. El programa se centra actualmente en 17 países de África.
La celebración de este Día también forma parte de la "Iniciativa Spotlight", un proyecto conjunto de las Naciones Unidas y la Unión Europea para eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.
En 2020, la campaña del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina se centrará en desatar el poder de los jóvenes para la eliminación de estas prácticas, con el siguiente lema: "Poder juvenil desatado: una década de acciones aceleradas para cero genitales femeninos".