Una niña de apenas 13 años, que estaba embarazada de 29 semanas, producto de una violación, y que además mostraba signos de desnutrición y con un cuadro de anemia y neumonía, falleció días después de que fuera sometida a una cesárea de urgencia en el hospital Perrando de Resistencia, Chaco.
Tras esa intervención quirúrgica, el bebé prematuro murió a las pocas horas.
La menor, que pertenecía a la etnia wichi, oriunda de El Sauzal, fue ingresada al hospital el viernes pasado. Tenía un cuadro gravísimo de neumonía, anemia y desnutrición crónica y un embarazo de 29 semanas.
Se le practicó una cesárea por deterioro y riesgo de salud materna y fetal. A las pocas horas, el bebé murió.
La jovencísima madre no pudo soportar su cuadro de gravedad y falleció durante la tarde de este miércoles.
El aborto hubiera sido legal en este caso, sin embargo las barreras al acceso del mismo, aún en los casos legales, es prácticamente imposible en varios lugares del país. La desidia y la impericia del Estado nacional y Provincial llevaron a la muerte a la menor que había sido violada.