Se realizó un festival y una movilización por la legalización del consumo y cultivo del cannabis en Paraná, en el marco de la marcha mundial de la marihuana, contó a AIM Tabaré Echeverría, integrante de la Asociación Civil Efecto Sequito. En Entre Ríos se pidió la reglamentación de la Ley de cannabis medicinal y la derogación de la Ley de Narcomenudeo.
El encuentro que se realizó en plaza Mancilla, el corazón burocrático de Entre Ríos –Frente al Poder Judicial y Casa de Gobierno-, fue convocado por el Frente de Organizaciones Cannábicas de Entre Ríos (Focer) que lo integran Efecto Sequito, la cooperativa Cultivos en Red, Cannabis Medicinal Concordia (Cameco) y Cultivadores Terapéuticos de la Costa del Uruguay (Cutecour).
Del festival y la marcha “participaron personas de toda la provincia”, apuntó a esta Agencia Echeverría, quien precisó que también “hubo una importante feria de emprendedores cannábicos (donde había gente con comidas, postres e insumos para cultivo, área para fumadores y merchandising) y, además, hubo disertantes”.
Al respecto, Echeverría destacó la importante convocatoria durante toda la jornada y precisó que la marcha “recorrió la manzana de Casa de Gobierno, paró por el Poder Judicial (donde se realizó una foto de toda la concentración) y culminó frente a Casa de Gobierno, donde se leyó el documento”. En ese sentido, apuntó que a los reclamos nacionales se sumó las peticiones locales que implican “la inmediata reglamentación de la Ley de cannabis medicinal en la provincia, que está sancionada pero no entra en vigencia porque le falta su reglamentación; y la derogación de la Ley de Narcomenudeo, que persigue a cultivadores y, principalmente, a ‘perejiles’ para presentar estadísticas como un falso combate al narcotráfico cuando, en realidad, se criminaliza a cultivadores y familias pobres que tienen esa actividad económica como única alternativa en medio de la crisis”.
Por su parte, el documento nacional advierte que la prohibición “viola el derecho constitucional de la privacidad de las personas (art. 19 CN), el derecho al libre desarrollo de la personalidad, el derecho a la salud, el derecho a la cultura y la diversidad cultural, entre otros, que forman parte de los Derechos Humanos fundamentales. Y al mismo tiempo crea chivos expiatorios que justifican el accionar represivo de las fuerzas de seguridad en todo el país, con un costo humano y económico altísimo. Por lo que es fundamental abarcar al cannabis desde la mirada de los derechos humanos y fundamentalmente a la libre elección. La guerra contra las drogas no solo ha fracasado en nuestro país y en el mundo, también profundizó otras problemáticas estructurales como el aumento de la violencia institucional, la proliferación del crimen organizado y su consecuente impacto en las poblaciones más empobrecidas, para quienes muchas veces, la venta al menudeo resulta su único medio para acceder a una fuente de ingreso. Esta situación debe revertirse y repararse legal y económicamente”.
“Hoy marchamos para exigir la derogación urgente de la Ley 23.737 (especialmente el art 7 y 14 de la misma), la absolución y amnistía general para todas aquellas personas criminalizadas y su reparación histórica, la retroactividad de la ley de usos medicinales y una regulación integral de la producción y el acceso para todos sus usos. Es tiempo de que los proyectos de ley dejen de dormir en las comisiones de diputados y senadores y que legislen de acuerdo a los derechos y necesidades de las mayorías”, se afirmó el texto acordado por diferentes organizaciones de todo el país.