Donde antes el "arte" estaba en la contención emocional y el disfraz de las emociones negativas, ahora este recae sobre la expresión emocional que nos libera.
A nivel clínico, se ha encontrado que una correcta expresión emocional nos libera y nos acerca a un mayor bienestar subjetivo. Así que hablemos, no nos quedemos con nada guardado, escribamos, bailemos, aunque no lo compartamos, aunque solo lo hagamos para limpiar nuestra mente.
En su bestseller sobre inteligencia emocional (IE), Daniel Goleman explicaba que el éxito de una persona no dependía en un 100 por ciento de su coeficiente intelectual o de sus estudios académicos. Tenía más peso la inteligencia emocional.
La IE, tal y como lo señala Goleman, es la capacidad de reconocer los sentimientos propios y los de los demás, para así manejar bien las emociones y tener relaciones más productivas con quienes nos rodean.
Las personas que poseen esta destreza saben reconocer sus emociones y por qué las están sintiendo. Reconocen cómo sus sentimientos afectan su desempeño y son capaces de asociarlos a sus valores y metas.
«La inteligencia emocional es una forma de reconocer, entender y elegir cómo pensamos, sentimos y actuamos. Forma nuestras interacciones con otras personas y nuestro propio entendimiento. Define cómo y porqué aprendemos; nos permite establecer prioridades; determina la mayoría de nuestras acciones diarias. La investigación sugiere que determina al menos el 80 por ciento del éxito en nuestras vidas». Joshua Freedman-
Siete beneficios de la expresión emocional
Podemos decir que la inteligencia emocional tiene tres vertientes. Por un lado, se refiere a la capacidad para relacionarse con otras personas, así como a la habilidad para regular la información emocional individual. La segunda modalidad implica la organización de todos los aspectos de la personalidad que contribuyen al éxito. Finalmente, se utiliza para describir la habilidad para regular y manejar la información emocional (Mayer et al. 2000b).
En términos generales, la IE se refiere a la habilidad para percibir, entender, razonar y manejar las emociones propias y de los demás (Goleman 1998; Mayer et al. 2000b). Además, involucra la capacidad de ser consciente de las emociones y de cómo estas afectan e interactúan con las denominadas inteligencias tradicionales.
En concreto, voy a centrarme en el apartado de la inteligencia emocional que corresponde a la expresión para describir así la habilidad para regular y manejar la información emocional. La expresión emocional y la conciencia emocional son habilidades que nos ayudan a:
- Separarnos de la emoción.
- Facilitar la prevención y resolución de conflictos.
- Tomar consciencia de las distorsiones.
- Poder conectar con nuestras necesidades.
- Ayudar a comprender las emociones.
- Poder recibir comprensión y apoyo.
- Dar salida a la tensión.
Vivimos en una sociedad que no nos educa para ser personas emocionalmente inteligentes
Algunos autores argumentan la importancia de considerar que en la actualidad nuestra sociedad está altamente preocupada por la agresividad, la conflictividad social en general y la violencia escolar en particular.
Ante esta situación generalizada cabe preguntarse si no necesitamos de forma urgente generar un marco educativo adecuado para crear una sociedad que haga posible una menor incidencia de “secuestros emocionales”.
Para ello, se hace necesaria una mayor comprensión de nuestras emociones y de las de los demás junto a un mayor control de situaciones personales y sociales, donde no solo se pretendan objetivos de “equilibrio personal”, como propone nuestro actual sistema educativo, sino también objetivos de “equilibrio social” (Gutiérrez & García Cué, 2015).
La comunicación y expresión emocional es una necesidad para las sociedades en crisis. Si nos falta inteligencia emocional, cada vez que surge el estrés, el cerebro humano cambia al piloto automático y tiene una tendencia a hacer más de lo mismo, solo que de forma más complicada. Lo cual, es precisamente el enfoque equivocado en el mundo de hoy.
Según Peter Salovey, uno de los pioneros líderes de la inteligencia emocional y de la investigación de la promoción de la salud, en la próxima década veremos investigaciones que demuestren que las habilidades y competencias emocionales tienen que mucho que ver con nuestro rendimiento en diferentes áreas.
Por la Psicóloga Fátima Servián Franco para La Mente es Maravillosa.-
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