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Desintegración positiva, las crisis en las personas muy inteligentes

Las personas con altas capacidades suelen pasar por varias crisis existenciales. El psiquiatra Kazimier Dabrowski definió este fenómeno como desintegración positiva. En este artículo te lo contamos.

Hay muchos tipos de crisis. Algunas caen en el lado de lo existencial, en ese abismo extraño, pero obsesivo en el que algunas personas no dejan de preguntarse qué sentido tiene el mundo, la vida e incluso ellas mismas. Kazimier Dabrowski, acuñó en los años 60 el término «desintegración positiva» para explicar este fenómeno psicológico tan común en las personas con altas capacidades intelectuales.

Dicho concepto no deja de ser interesante a la vez que ilustrativo. Es como si la mente de esos niños adolescentes y adultos superdotados derivara en ocasiones en una especie de desfragmentación. Las mentes se desmoronan (en sentido figurado) para volver a integrarse de otro modo tras haber hallado respuestas, tras haber dado con significados vitales y explicaciones a sus dudas profundas.

Dabrowski, eligió bien la definición a ese fenómeno, a esa especie de depresión existencial. Desintegración, porque hay partes que acaban disolviéndose, creencias, esquemas de pensamiento, emociones, valores que dejan de ser válidos para reformularse de otro modo. La mente se actualiza, por así decirlo, desarrollándose y adquiriendo a la vez nuevos potenciales.

De ahí desintegración positiva, porque lo que se logra finalmente es un avance en el desarrollo humano, ascender a otro escalón. De hecho, este psiquiatra polaco experto en psicología de la personalidad y altas capacidades intelectuales definió hasta cinco escalones. Distintas fases por las que suele pasar una persona con un alto cociente intelectual.

Conozcamos más datos.

Desintegración positiva, la evolución hasta la construcción del auténtico yo

La teoría de la desintegración positiva que nos dejó Dabrowski sigue estando vigente desde que la formuló hace más seis décadas. Es más, en el campo de las altas capacidades resulta un encuadre valioso desde el que entender cómo evoluciona la construcción de la personalidad de estas personas.

Así, según este enfoque, el desarrollo mental de alguien con un elevado CI pasa por una serie de transiciones muy concretas. Estas van en sentido ascendente; es decir, se produce una evolución, una ganancia tanto a nivel cognitivo, como emocional. Sin embargo, y aquí llega el dato curioso, cada avance parte de una crisis, de un momento en que ese niño, ese adolescente o adulto experimenta un elevado sufrimiento, desconcierto, ansiedad y frustración.

Estos estados parten casi siempre de las dudas existenciales. Esas en las que se cuestionan a sí mismos al sentirse diferentes a los demás. Son momentos en los que caen en estados de introspección en los que pensar en por qué el mundo es como es, por qué las personas actúan como lo hacen, en la finalidad de su futuro, en la conciencia de su mortalidad, etc.

Mendaglio y Tillier (2006) analizaron esto mismo en su trabajo La teoría de la desintegración positiva y la superdotación de Dabrowski. Algo que comprobaron en su investigación es que, por término medio, las personas con altas capacidades experimentan además una alta sobreexcitación. Es decir, tienen una elevada imaginación, una tendencia a sentir las emociones de manera más intensa, suelen también ser más impulsivas.

Todo ello hace que esas épocas de crisis existenciales sean, a menudo, muy problemáticas y necesiten de un tipo de intervención y apoyo para salir fortalecidos. Lo más común es que, en esas épocas, dejen de ser productivos en clase o el trabajo y sufran problemas con sus relaciones sociales. Conozcamos, no obstante, esos estados de desarrollo que definió Dabrowski.


  1. Desintegración primaria


Este primer nivel de desarrollo se sitúa en la primera infancia. Aquí el niño con altas capacidades sufre la primera crisis; esa en la cual se entremezclan los instintos y los comportamientos egocéntricos con el interés de aquello que hay en su contexto próximo.

El deseo de explorar, de descubrir, manipular y aprender hará que poco a poco vaya madurando de manera más temprana.

  1. Desintegración uni-nivel


En esta etapa el niño o preadolescente necesita sentirse aceptado en el grupo de sus iguales. Sin embargo, no logra esa conexión y se produce la primera gran crisis existencial.

A ella se le añade, además, la necesidad de analizar los valores sociales en los que está creciendo y que impactan en su vida. Se pregunta por el comportamiento de las personas, por las normas que rigen la sociedad, por su papel en ese entorno.

  1. Desintegración multinivel espontánea


La desintegración positiva se da también cuando la persona se percibe de pronto insatisfecha con lo que es y lo logrado hasta ese momento.

Esta crisis suele llegar en la primera juventud, momento en que se ve obligado a reformular metas, a dejar atrás ciertos proyectos e ideas. Entra en conflicto consigo mismo, pero logra salir tomando nuevas soluciones.

  1. Desintegración multinivel organizada


La cuarta etapa en el desarrollo personal de ese hombre o mujer con elevado CI acontece cuando se da cuenta de que, quizás, ha pasado mucho tiempo centrado en sí mismo y sus necesidades. Tal vez, sea el momento de abrirse a los demás, de ser más altruista y asumir un papel más productivo para el bien ajeno. Es el momento en que se asumen valores más universales y elevados.

  1. Integración secundaria


Responsabilidad, bondad, altruismo… En esta última etapa la persona empieza a poner la mirada en principios más abstractos y elevados. Se ha focalizado ya en la ayuda a otros, en contribuir a través de su trabajo o esfuerzo a ser de ayuda. Ahora aspira a dejar su huella en la cultura, a promover el progreso de su sociedad.

Para concluir, hay algo importante sobre la desintegración positiva. Este modelo encierra una perspectiva un tanto esperanzadora y, en ocasiones, hasta poco realista. No todas las personas logran «avanzar» en esos escalones. No es algo automático. Muchos se quedan atascados, enfrascados en crisis que derivan en ansiedad o depresiones.

Es prioritario, por lo tanto, que cuenten con apoyo profesional en esos momentos de dudas y crisis personales. Solo así podrán alcanzar el bienestar.

Fuente: La Mente es Maravillosa.-

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