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Salud y Bienestar
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Las mujeres beben más que los hombres.
Las mujeres beben más que los hombres.

El alcohol es para todos, menos para el alcohólico

Desde hace algunas décadas se han pronunciado doctrinas que resignifican las diferencias entre sexos, que gozan hoy de popularidad sobre todo entre los jóvenes. Esas diferencias no estarían, como creían los antiguos, fijadas en la constitución biológica de los seres humanos, sino serían una construcción sociohistórica.

Posiblemente esta concepción se apoye entre otras cosas en la persistente cuestión de la relación de esencia y existencia, retomada a su modo por Simone de Beavoir y los existencialistas a mediados del siglo XX. No habría esencia humana previa a los actos que la construyen. y mucho menos esencia femenina, ya que mujeres y varones pertenecen a la misma especie. El ámbito que deja vacante la falta de una esencia humana fija es llenado, al menos en la intención de Simone, por la existencia entendida como proyecto, trascendencia, autonomía y libertad. "No se nace mujer, se llega a serlo", se puede leer en "El Segundo Sexo".

Muy atrás parecen haber quedado enunciados "esencialistas" como el recordado del joven Marx: "No se trata de saber lo que tal o cual proletario, o aun el proletariado integro, se propone momentáneamente como fin. Se trata de saber lo que el proletariado es y lo que debe históricamente hacer de acuerdo a su ser.“. Acá el ser determina el hacer y no al revés.

Dejando de lado estas cuestiones -la efervescencia favorece la turbiedad- con alguna licencia consideremos naturales las diferencias entre varones y mujeres porque persisten a pesar de toda la indulgencia ideológica.

Una de estas diferencias, que operan más allá de cualquier ideología, es que la misma cantidad de alcohol produce efectos diferentes en la mujer que en el varón y en ella desarrolla la adicción más rápido.

El alcohol se absorbe en parte en el estómago y en el intestino delgado, donde se metaboliza mediante la enzima alcohol deshidrogenasa gástrica. En la mujer la actividad de esta enzima es menor, de modo que a iguales cantidades ingeridas, la concentración de alcohol en la sangre de las mujeres es mayor que en la de los varones.

Las mujeres tienen menor contenido de agua corporal y mayor de grasa. El alcohol se concentra en el agua y no en la grasa, lo que junto a la propiedad de la enzima mencionada hace una diferencia importante.

El alcohol impacta el desarrollo del aparato reproductor de la mujer en las etapas prepuberal y puberal, incluso en cantidades moderadas de acuerdo con los criterios de los bebedores y aumenta el riesgo de cáncer de mama, genera menopausia precoz, osteoporosis, amenorrea e infertilidad con disminución del tamaño de los ovarios.

Generalmente, los varones pesan más que las mujeres, y, kilo por kilo, las mujeres tienen menos agua en su organismo que los hombres. Así, el cerebro de la mujer y otros órganos están expuestos a más alcohol y derivados tóxicos que se generan cuando el organismo está tratando de degradarlo y eliminarlo.

Desde que el automóvil se ha generalizado con más y menos debido al precio del combustible, hay ciudades argentinas donde hay tantos coches como personas. Hoy en día las mujeres conducen tanto o más que los hombres y beben a la par que ellos. Esto las expone al riesgo de conducir con contenido etílico en la sangre superior al recomendable. Pequeñas cantidades de alcohol producen una drástica merma en la capacidad de conducir, por disminución de reflejos, somnolencia o sensación de inmunidad ante los riesgos.
De la Redacción de AIM.

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