En el año 2016, hubo 1,7 millones de casos incidentes de cáncer de colon y recto, con más de 830.000 muertos a nivel mundial. En los próximos 15 años, se prevé que la prevalencia global de cáncer colorrectal incremente un 60 por ciento y cause 1,1 millones de muertes.
El último informe liderado por el organismo internacional World Cancer Research Fund/American Institute for Cancer Research (Wcrf/Aicr) ha concluido que el consumo de lácteos se asocia de forma robusta con una disminución del riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Sin embargo, el riesgo de sufrir este tipo de cáncer en relación a los subtipos de lácteos (yogur, queso, leche fermentada…), así como diferentes versiones de productos lácteos teniendo en cuenta su contenido en grasa (lácteos desnatados, semidesnatados o enteros) no está del todo claro.
Con el fin de profundizar sobre esta cuestión, los investigadores de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili, Instituto de Investigacón Sanitaria Pere Virgili e investigadores del Ciberobn (España) han llevado a cabo una revisión sistemática y metanálisis (uno de los diseños de estudios con un mayor nivel de evidencia científica) de toda la literatura científica existente, en relación a estudios epidemiológicos que hubieran evaluado la asociación entre el consumo de lácteos y el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
Después de analizar 29 artículos (15 estudios de cohortes poblacionales y 14 estudios de casos y controles) que incluyen más de 22.000 casos de cáncer colorrectal, los investigadores de la URV han concluido que, en comparación con un consumo bajo, el consumo más elevado de lácteos se asocia a una disminución del 20 por ciento del riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. En el caso de la leche (entera, desnatada y semidesnatada), un consumo alto se asoció a un 18 por ciento menos de riesgo de desarrollar este tipo de cáncer en cualquier de las localizaciones anatómicas, incluyendo el colon y el recto.
En comparación con los individuos que consumen menos leche desnatada, aquellos que más consumían, se asociaron a un menor riesgo de desarrollar cáncer de colon, y el consumo de queso se relacionó con menos riesgo de desarrollar cáncer de colon proximal.
Por otro lado, no se detectó un incremento o disminución del riesgo de desarrollar cáncer colorrectal en relación con el consumo de otros subtipos de lácteos, como el yogur o la leche fermentada. Tampoco se observó que los lácteos con un mayor contenido en grasa, como la leche o el yogur enteros, se asociaran con un incremento del riesgo de sufrir cáncer colorrectal.
El calcio contenido en los lácteos, los cuales aportan la mayor parte del calcio de la dieta, ha sido uno de los potenciales mecanismos sugeridos que explicarían este menor riesgo de sufrir cáncer colorrectal. Se ha sugerido que el calcio podría ejercer efectos antitumorales mediante diferentes mecanismos. Además, otros componentes naturalmente presentes en los lácteos como el ácido butírico, la lactoferrina, el ácido linoleico conjugado y la vitamina D en los lácteos fortificados también podrían tener un efecto protector.
Según los investigadores de este estudio, si bien estos resultados muestran que la leche desnatada se asocia a un menor riesgo de cáncer colorrectal, los resultados no muestran un riesgo derivado del consumo de lácteos enteros. Por lo tanto, no hay motivo para desaconsejarlos. A pesar de que se necesitan más estudios en este ámbito, debido a los beneficios observados del consumo de los lácteos, parecería razonable promover el consumo de leche.
Este estudio se ha publicado a la revista científica Advances in Nutrition el pasado mes de mayo 2019 y ha sido llevado a cabo por la investigadora predoctoral Laura Barrubés, dirigido por la investigadora Nancy Babio, profesora agregada del Departamento de Bioquímica y Biotecnología de la Universitat Rovira i Virgili e investigadora adscrita al Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn), y por el catedrático Jordi Salas, director de la Unidad de Nutrición Humana del Departamento de Bioquímica y Biotecnología de la Universitat Rovira i Virgili, director Clínico de Nutrición del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Sant Joan de Reus, investigador principal Ciberobn, y ambos miembros del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (Iispv).
Fuente: URV
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