Por Nicolás Righelato, Lic. en Kinesiología y Fisiatría.- Durante el paso de temporada a temporada, se atraviesan procesos de adaptación corporal instintivamente. Los mecanismos termorreguladores trabajan a toda máquina.

Están sucediendo fenómenos climáticos en la región que generan cambios de temperaturas muy altas y, antagónica y bruscamente, temperaturas bajas.
El organismo debe adaptarse a tales cambios, pero también cada uno debe hacer su parte. Por ello, es importante tomar medidas de prevención, para evitar contraer enfermedades asociadas a estos desequilibrios naturales, así como tomar cuidados necesarios de acuerdo a los grupos etarios más vulnerables a padecer afecciones propias de cada estación. Este es el caso de niños, niñas, adultos mayores y personas con enfermedades de base que tengan comprometido su sistema inmunológico.

La mirada kinésica
Para abordar la prevención y el movimiento, desde una mirada kinésica, resulta necesario seguir algunos consejos prácticos para aplicar, por ejemplo, antes de comenzar el día, chequear las temperaturas esperadas, como también verificar vientos y humedad. En estos puntos, se debe tener en cuenta la cantidad de abrigo con el que se saldrá, y se evaluará si se debe llevar algo para proteger cuello y sumar algún abrigo extra.

También, además de un desayuno saludable, seria óptimo hidratarse al comienzo del día con al menos medio litro de agua y llevar consigo más líquido para hidratarse durante lo que reste de la jornada.

Recordar que tomar otras infusiones o preparados no reemplaza el agua.
A la hora del ejercicio, tener en cuenta según el horario, la vestimenta adecuada. Un buen calzado acorde a la actividad, pantalón de jogging si hace frio, gorro o sombrero si va a haber exposición al sol en horarios no recomendados.

Se sugiere realizar ejercicio físico de cualquier tipo al menos tres veces por semana y de una hora de duración como mínimo. Siempre es recomendable hacer una entrada en calor de diez (10) minutos y luego la actividad. Si esta va a ser exigente, la persona debe asegurarse de aumentar gradualmente la intensidad. También es necesario, al final, realizar ejercicios de elongación al menos de los grandes grupos musculares de ambas extremidades y también de cuello.

Además, hay que prever una rehidratación óptima para asegurarse de reponer electrolitos perdidos durante la actividad al organismo y evitar hacer ejercicio si hay exceso de smog en el ambiente, ya que, como explica el Dr. Sergio Eduardo Schlimovich, Médico Especialista en
Endocrinología y Metabolismo, y Experto en Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades, los daños del humo sobre la salud pueden afectar la reproducción, las complicaciones inmunológicas, el cáncer y diversas clases enfermedades pulmonares y cardíacas.