Las dos principales patologías que causan infertilidad en mujeres jóvenes: la endometriosis y adenomiosis, comparten rasgos moleculares comunes con ciertos tipos de cáncer, que podrían bloquearse también con la melatonina, según un estudio publicado en el último número de a la revista Journal of Gynecology and Women's Health, por los doctores Jan Tesarik y Raquel Mendoza-Tesarik.
Los investigadores de clínica MARGen y de la Universidad de Granada (España) han analizado nuevas observaciones sobre la patofisiología de la endometriosis y la adenomiosis y, en sus conclusiones, señalan que ambas patologías comparten el mismo mecanismo de aberración de regulaciones intracelulares, también presente en ciertos tipos de cáncer, y que este mecanismo se puede bloquear con melatonina.
La melatonina, el producto de la glándula pineal, localizada a la base del cerebro, es conocida sobre todo como reguladora del ciclo de sueño y se ha utilizado durante años para cambiar el ritmo de sueño durante vuelos transcontinentales, para paliar los efectos del desfase horario (“jet lag”). Pero la melatonina tiene más funciones en el organismo humano, como la de protegernos frente a la proliferación no controlada e invasiva de células provenientes de diferentes órganos. Gracias a esta capacidad curativa, su uso puede resultar eficaz en ámbitos tan dispares como la fertilidad y la curación de determinados tipos de cáncer.
Según el doctor Tesarik, director de la Clínica MARGen de Granada, “el efecto de la melatonina en estas diferentes patologías se debe a su capacidad de reprogramar los sistemas de regulación de la actividad celular en respuesta a señales que vienen de su exterior”.
Se estima que más de la mitad de los casos de infertilidad en mujeres jóvenes son debidos a la endometriosis, adenomiosis o una combinación de las dos. Tanto la endometriosis como la adenomiosis parten del mismo tipo de células, las del revestimiento interno de la cavidad uterina (endometrio). En condiciones normales, estas células proliferan durante la primera mitad del ciclo menstrual, bajo los efectos de los estrógenos, pero dejan de dividirse y se autodestruyen al final del ciclo, antes de ser expulsadas durante la menstruación. Debido a causas aún desconocidas, las células del endometrio de las mujeres con la endometriosis y la adenomiosis no mueren al final del ciclo menstrual, no son eliminadas por completo durante la menstruación y adquieren una respuesta aberrante a los estrógenos durante los ciclos menstruales siguientes.
“Esta respuesta aberrante -señala Tesarik- se caracteriza por un aumento de su libertad de movimiento hacia localizaciones ectópicas, la capacidad de invadir los tejidos y órganos con los cuales entran en contacto y provocar reacciones inflamatorias crónicas en los órganos invadidos”. Si estas células transformadas quedan en el útero, invaden la componente muscular de su pared y provocan la adenomiosis. Si una parte de ellas viene revertida en la cavidad abdominal, se implantan en varios órganos, principalmente los ovarios, y causan la endometriosis.
Según el doctor Tesarik, “La melatonina bloquea la transformación patológica de las células del endometrio, lo que representa el primer tratamiento causal y no invasivo de ambas enfermedades. Además, la misma transformación celular es responsable de la aparición de ciertos tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de mama. Consecuentemente, la melatonina puede ser útil tanto en la prevención del cáncer como en el tratamiento en los casos del cáncer ya existente”.
Numerosos estudios preclínicos y clínicos están en progreso para optimizar las condiciones del uso de la melatonina en cada una de estas indicaciones y por vez primera los científicos pueden proponer un tratamiento causal, no invasivo y libre de efectos secundarios importantes para estas enfermedades. “Se necesitan estudios clínicos con melatonina -concluye Tesarik-, proyectados a gran escala, con el fin de determinar la dosis óptima, duración del tratamiento, y eventuales combinaciones con otras terapias, para sacar el mejor provecho terapéutico de estas observaciones científicas”.
Fuente: Margen
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