Pasaron las fiestas, las vacaciones y hasta un mundial. Fue un diciembre atípico, quizás con más eventos y reuniones sociales de lo normal. Algunas de ellas se pudieron enfrentar de mejor manera que otras, pero ello no es excusa. Lo que pasó, pasó. Es hora de retomar los hábitos aprendidos durante el año. Por la Licenciada en Nutrición Delfina Pintos.
¿Por dónde comenzar?
Principalmente, Recordar: ¿Qué motivó el comienzo de este cambio de hábitos? Realizar una lista con los Para qué: ¿Para qué se quiere alcanzar un estilo de vida saludable? ¿En qué va a mejorar la vida, logrando esto?
¿PARA QUÉ QUIERO MEJORAR MI ALIMENTACIÓN?
¡Explicar!
Por otro lado, también es buena idea elaborar una lista de pros y contra:
¿QUÉ BENEFICIOS TIENE HACER UN CAMBIO?
¿QUÉ INCONVENIENTES ME GENERA HACER UN CAMBIO?
¡Enumerarlos!
¿QUÉ BENEFICIOS TIENE NO CAMBIAR?
¿QUÉ INCONVENIENTES TIENE NO CAMBIAR?
¡Describir!
Este ejercicio permitirá poner en la balanza, de manera más gráfica, si los beneficios de realizar un cambio son superiores a los inconvenientes que ello puede generar.
Una vez renovada la motivación inicial, es hora de poner manos a la obra.
En primer lugar, con una buena limpieza. Revisar heladeras, alacenas y demás lugares de guardado. Sacar del alcance de la mano los alimentos y/o bebidas que no forman parte de la alimentación del día a día.
El hogar debe ser un lugar seguro, donde los alimentos saludables estén a la vista y listos para ser utilizados en distintas preparaciones.
En segundo lugar, luego de realizar la limpieza, elaborar un menú semanal y una lista de compras, teniendo en cuenta todo lo que hace falta para elaborarlos. De esa manera, se puede realizar una compra inteligente, conociendo exactamente que se va a comprar y evitar gastar dinero en cosas innecesarias, como así también olvidar alimentos importantes.
Por último, ya en casa, con todo lo necesario, dejar preparado todo lo que sea posible cocinar con anticipación. Hoy en día, el tiempo libre escasea, por lo cual, si el objetivo es mejorar la alimentación y el estilo de vida, es fundamental la organización. Para ello, las técnicas de “Batch Cooking” son muy útiles.
Pero, ¿qué es eso? Batch Cooking literalmente significa “cocinar por lotes”. Es decir, cocinar en un día, la comida de la mayor parte de la semana. De esta manera, resulta más fácil sostener el hábito de comer comida hecha en casa, con alimentos naturales, evitando caer en ultra procesados, o comidas rápidas.
Teniendo ya un menú elaborado, es más sencillo reconocer cuales son los alimentos que se pueden dejar preparados. Por ejemplo:
· En vez de hervir solo el huevo que se utilizará en la ensalada del día, ya se hierven 5-6 y pueden almacenarse en heladera para consumir los distintos días de la semana. Lo mismo puede realizarse con las legumbres o granos.
· En el caso de los vegetales, pueden prepararse una variedad de vegetales al horno, cortando en tiras, condimentando a gusto y prendiendo el horno un solo día. Pueden almacenarse en recipientes de vidrio con tapa en la heladera.
· Con el pollo, por ejemplo, puede trozarse y freezar, las pechugas pueden dejarse cortadas ya en filetes para que sea más sencillo sacar del freezer y cocinar en el momento, pueden dejarse elaboradas hamburguesas o milanesas caseras, en lugar de caer en las compradas, donde se desconocen los ingredientes de las mismas.
· El horno ya prendido puede aprovecharse para cocinar budines, o muffins de avena o integrales que nos faciliten los desayunos o meriendas de la semana.
· Los vegetales crudos pueden almacenarse ya lavados y cortados en recipientes de vidrio, sin condimentar para tener acceso rápido a ensaladas cuando se llega al hogar.
Finalmente, es fundamental retomar la actividad física, si es que se abandonó algunos días, entonces, nuevamente, la planificación es la clave.
Detectar los momentos del día que pueden ser destinados a algún tipo de actividad. Cuando el ejercicio no es un hábito, no es una actividad del día a día, el primer desafío es encontrar el momento que se destinará a tal fin. Una vez que tiene su lugar en la rutina, es mucho más fácil cumplir con este punto.
Un cambio de estilo de vida es un proceso, y como tal, tiene altibajos. Lo importante es, ante cada tropezón, levantarse e intentarlo nuevamente.
Artículo publicado en el Material Educativo de Icarus Centro de Salud & Longevidad.
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