El ruido blanco es una de las variables que últimamente ha recibido más atención como medio para mejorar nuestra concentración. Ahora bien,¿qué sabemos de ella?
Cada vez más personas dan testimonio de las bondades del ruido blanco. Aseguran que este favorece la relajación y la meditación, mejorando la concentración y las capacidades cognitivas. Especialmente destaca el uso de estos sonidos para ayudarnos a conciliar y mantener el sueño, siendo empleado tanto en adultos como en niños de escasa edad.
Así, muchos padres recurren al ruido blanco para calmar a sus bebés y mejorar su descanso. Pues, según afirman, este genera una atmósfera relajante ideal para dormir mejor. Pero, ¿realmente puede el ruido blanco ayudarnos a lograrlo?
De ser así, estaríamos ante la salvación del creciente número de personas que padece algún trastorno del sueño. Si quieres saber más al respecto, te invitamos a seguir leyendo.
¿Qué es el ruido blanco?
Al igual que la luz, el sonido también se puede representar en una gráfica espectral. De esta forma, igual que el blanco es la suma de todos los colores restantes, el ruido blanco integra todo el espectro de frecuencias sonoras existentes. Y lo hace, además, de una manera armónica, produciendo que ningún sonido destaque por encima de otro.
El resultado es un sonido uniforme y constante, similar al que puede producir una televisión o una radio sin sintonizar. Un murmullo de fondo como el que emiten ciertos electrodomésticos en funcionamiento, como la lavadora o el secador. O también comparable al sonido natural de la lluvia o el viento.
¿Cómo nos ayuda el ruido blanco a dormir mejor?
El principal efecto positivo del ruido blanco sobre nuestro sueño proviene de su capacidad para enmascarar otros sonidos. De esta forma evitamos sobresaltarnos con el tráfico, las obras o cualquier otro estímulo perturbador.
El efecto relajante que se produce puede ser especialmente beneficioso para los bebés, y las personas en general que tienen un sueño ligero. Gracias al ruido blanco, el resto de sonidos quedan bloqueados (o se perciben en menor intensidad) impidiendo que estimulen nuestra corteza cerebral.
Igualmente, las personas que padecen acúfenos o tinnitus pueden sacar provecho de este recurso para lograr un sueño de mejor calidad. La presencia de esos continuos pitidos puede acrecentarse a la hora de ir a dormir por el silencio reinante.
¿Tiene contraindicaciones?
Sin embargo, no todo son ventajas. No se trata de un recurso apto y favorable para todas las personas. Está especialmente desaconsejado para quienes padecen apnea del sueño y problemas respiratorios, pero si se utiliza en exceso puede resultar perjudicial para cualquier persona.
Aplicar ruido blanco cada noche durante de forma continua puede dañar nuestras células ciliadas, las encargadas de captar los sonidos. Además, la presencia constante de ruido las mantendrá activas e impedirá que realicen eficazmente los trabajos de regeneración necesarios que tienen lugar al dormir.
Si hablamos de utilizarlo con bebés, hemos de ser especialmente cuidadosos. Escucharlo a un volumen demasiado alto, podría ocasionar daños en su audición e incrementar el riesgo de problemas en el desarrollo del lenguaje.
¿Cómo debemos proceder?
Aún no se dispone de suficiente evidencia científica que avale los beneficios del ruido blanco sobre el sueño. No obstante, si este genera en ti una sensación placentera puedes utilizarlo con moderación. Trata de limitar su uso a días puntuales en los que te cueste especialmente conciliar el sueño. Y, además, procura no escucharlo a demasiado volumen.
La misma recomendación es aplicable a los más pequeños. Si el ruido blanco tranquiliza a tu hijo, reserva este recurso para momentos específicos en que nada parezca calmarle. Sin embargo, no te habitúes a exponerle de forma constante a este tipo de sonidos.
Para lograr un buen descanso, lo más adecuado es mantener unos buenos hábitos de higiene del sueño. Establece unos horarios fijos para dormirte y levantarte, evita alimentos y bebidas estimulantes durante la segunda mitad del día y procura que el ambiente de tu dormitorio sea apropiado.
Si presentas dificultades mayores o algún trastorno del sueño, lo más recomendable es que acudas a un especialista. Él podrá aportarte las pautas y procedimientos necesarios para mejorar tu descanso. El ruido blanco puede ser una alternativa puntual, pero no un remedio a largo plazo.
Por la psicóloga Elena Saenz para La Mente es Maravillosa.-
Dejá tu comentario sobre esta nota