La secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación publicó en el Boletín Oficial, la resolución 31/2023 que suma al Código Alimentario Argentino (C.A.A.) a las semillas de cáñamo que ahora integran la categoría de “semillas comestibles”.
Ésta resolución establece y autoriza el uso alimentario, describiendo la especificidad de las semillas de cáñamo como sanas, limpias y bien conservadas de las distintas variedades de la especie vegetal Cannabis Sativa L. y que no expresan más de uno por ciento de delta-9 tetrahidrocannabinol (THC).
Este avance legislativo valiosísimo es una conquista de la sociedad organizada que viene estudiando y promulgando el empleo y utilización de la planta para beneficio y salud de toda la Nación. De hecho, es como una extensión y adhesión a la Ley 27669 que creó el marco regulatorio para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial, votado en 2022.
Cabe recordar que en Argentina hubo una gran época en donde se utilizó cáñamo para generar tracción productiva, es decir, no es nuevo que se emplee los beneficios que se desprenden de la planta.
Entonces, entender que se reconozca y considere como sustento nutricional a la semilla de cáñamo es un paso muy acertado. Hay varias razones por lo cual es elemental que al cáñamo se le reivindique ampliamente como opción productiva, ambiental y socialmente satisfactoria, y no a modo de un tipo de signo maligno o de estupefaciente.
Si bien la Ley Medicinal 27.350 (votada en 2017) pone de relieve el potencial terapéutico de la resina de las flores del cannabis (denominado comúnmente ‘aceite medicinal’), es imprescindible que el uso alimenticio/culinario de la semilla tenga la misma atención, interés e importancia.
Qué es un "bosque de alimentos"
Estrictamente a la semilla, grano o simiente de cáñamo, antiguamente se la denominaba ‘cañamón’ (cañamones en plural) cuando se utilizaba para generar y fabricar todo tipo de alimentos cotidianos. Es así, que los valores nutricionales son distinguidos, peculiares y para apreciar.
La alta calidad y cantidad de proteínas -Albúmina y Edestina-; fibra; omegas -3, 6 y 9-; toda la cadena de aminoácidos, incluso los 9 esenciales; micro y macronutrientes; sumado a que es libre de gluten, alérgenos y cannabinoides (es decir, carece de toda psicoactividad).
Todos estos aspectos hacen de esta alternativa gastronómica vegetal única e insustituible, con potencial y capaz de paliar la terrible problemática que padecemos en el territorio como es la desnutrición/malnutrición infantil o de alcanzar el ‘hambre cero’ un Objetivo de Desarrollo Sostenible (O.D.S.) perteneciente a la agenda 2030 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Sumado, por otro lado, con la industrialización de las semillas cañameras se revaloriza el sector económico, poniendo productos en el mercado pero con el agregado de cualidad y eficiencia.
Existe gran expectativa y entusiasmo que a partir de la introducción de la semilla de cáñamo al C.A.A. se vincule lo referente al comercio circular, emprendimientos regionales y a la agricultura familiar.
Justamente, estamos transitando un cambio de Gobierno, esperemos que el entrante consolide ésta oportunidad de progreso con la planta. Para tener éxito, resulta esencial la intervención de diversos sectores público/privado, de las diferentes fuerzas productivas y de pluralidad en las disciplinas de quienes aborden y apuesten por este resurgimiento con cáñamo comestible.
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