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Trabajar duro o inteligente: ¿Qué es mejor?

Qué es recomendable: ¿el trabajo de manera dura o una labor de forma más inteligente? Si bien ambos enfoques son útiles en muchos casos, hay una estrategia que conduce al éxito y aquí se explica.

¿Conviene trabajar duro o de forma inteligente? Es interesante saber que hay personas talentosas que dedican «infinitas» horas al desempeño de su labor, pero lo hacen de manera ineficaz. Además de revertir en los objetivos de la propia empresa, esto afecta la salud física y mental del empleado, quien acaba agotado y hasta desmotivado.

Lo cierto es que muchas compañías priorizan ese sobreesfuerzo físico y cognitivo. Lo hacen sin tener en cuenta que, a menudo, el enfoque resulta del todo inadecuado. En un escenario social cada vez más competitivo es necesario aplicar otros mecanismos innovadores para ganar en productividad, éxito y bienestar psicológico. Trabajar inteligente podría ser la clave de esa transformación.

«El trabajo ayuda siempre, puesto que trabajar no es realizar lo que uno imaginaba, sino descubrir lo que uno tiene dentro». Boris Pasternak-

El modelo clásico, trabajar duro: ¿en qué consiste?

Nuestra cultura y educación nos ha transmitido siempre la idea de que «debemos trabajar duro». Solo así se aprueban los exámenes; nos decían de niños. De este modo se conquistan los sueños; repiten desde los libros de autoayuda. Es como si ese esfuerzo constante y esa inversión elevada de energía fueran garantía absoluta de éxito, cuando no siempre es así.

Ejemplo de ello es lo que sucedió durante la pandemia y que está descrito en un estudio publicado por Frontiers in Psychology. Durante ese tiempo, buena parte de los trabajos se llevaron a cabo en casa y en remoto. Esto se traducía muchas veces en estar empleados durante toda la jornada. Y no, el invertir más horas no siempre era sinónimo de eficacia y satisfacción.

A continuación, mira qué características presenta esta modalidad y cuáles son sus efectos.

Características del trabajo duro

Trabajar duro no siempre lleva al éxito, pero es un componente que permitirá alcanzar muchas metas. A fin y al cabo, esta metodología emplea recursos que, orientados de forma adecuada, son positivos. Como suele decirse, el trabajo duro es el primer paso para lograr algo, pero trabajar inteligente conducirá allá donde deseas. Las siguientes son sus características:

- Tienden a dejarse muchas tareas pendientes.

- Hay una inversión física y cognitiva muy alta.

- Las personas no se adaptan bien a los cambios.

- No siempre existe planificación ni gestión del tiempo.

- Aplica enfoques y metodologías tradicionales poco innovadoras.

- Se toma una gran cantidad de tiempo para completar una tarea.

- Quien trabaja duro no siempre sabe cómo afrontar los problemas y desafíos inesperados.

- Aunque la dedicación es absoluta, no garantiza que se alcanzan los objetivos previstos.

Mientras el trabajo inteligente permite gestionar mejor el tiempo e irse antes a casa, el trabajo duro orienta casi en exclusiva a la persona al escenario laboral. En su vida no existe nada más.

Efectos psicológicos asociados al trabajo duro

Para precisar si es mejor el trabajo duro o de forma inteligente, hay un factor a considerar. El trabajador que dedica infinitas horas a una labor sin una buena planificación sufrirá un elevado estrés. Los efectos psicológicos asociados a esta modalidad son bastante complejos:

Es común que aparezca, poco a poco, la desmotivación y la frustración.

El trabajo duro no siempre refuerza el autoconcepto y autoestima. En especial, si no se alcanzan resultados.

La Universidad de la Ciudad de Hong Kong realizó un metaanálisis en el que halló que invertir muchas horas en el trabajo afectaba la salud de la persona. Quizás aparezca fatiga crónica, mala calidad del sueño, ansiedad e incluso un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

El trabajo inteligente: innovación y eficacia

Es muy posible que durante nuestra educación y formación nadie nos hablara del trabajo inteligente. Vivimos en la cultura del esfuerzo y asumimos de manera inconsciente que quien más ocupado está, más logros obtiene. Pero en realidad, la clave es otra. El éxito se alcanza usando el tiempo de modo eficaz y aplicando herramientas innovadoras orientadas a objetivos.

Características del trabajo inteligente

La principal característica del trabajo inteligente es la correcta gestión del tiempo. Investigaciones como las realizadas en la Universidad Concordia, Canadá, resaltan que esta competencia mejora de manera significativa la calidad de vida de la persona. También lo hace en el rendimiento. Muestra de ello son las siguientes particularidades:

- Son trabajadores más flexibles y autónomos.

- Presentan buenas capacidades de adaptación.

- Se opta por la calidad antes que por la cantidad.

- Trabajar inteligente es aplicar la creatividad y la innovación.

- Es una forma de evitar la procrastinación y las tareas pendientes.

- Se orientan siempre a objetivos y estructuran muy bien cada tarea.

- La base del trabajo inteligente son metas a cumplir tanto a corto como a largo plazo.

- Aplican una mentalidad de crecimiento, orientada siempre a afrontar los desafíos y dificultades.

- Emplea métodos ingeniosos en el alcance de los objetivos y valora los resultados para ver qué puede mejorar.

- La planificación es esencial en el trabajo inteligente y, para ello, empieza por una buena evaluación.

- En el trabajo inteligente el empleado es mucho más autónomo y libre para llevar a cabo los objetivos propuestos por la empresa.

Efectos psicológicos asociados al trabajo inteligente

Uno de los mejores efectos del trabajo inteligente es que la persona tiene pleno control sobre la tarea y es mucho más autónoma. Asimismo, al tener una mejor gestión y planificación de la labor cotidiana, verá cómo los resultados llegan poco a poco. Esto refuerza su autoeficacia, se siente más competente y su autoestima mejora.

Asimismo, entre trabajar duro o de forma inteligente, la ventaja de esta última reside en tener más tiempo personal y familiar. Esa gestión eficaz facilita que el empleado optimice sus jornadas e incida en su propio bienestar y en el de la empresa. Toda energía física y mental bien canalizada trae resultados favorables.

Trabajar duro o trabajar de forma inteligente: ¿qué es mejor?

Llegados a este punto, es obvio el planteamiento: ¿qué es mejor, trabajar duro o trabajar de forma inteligente? El enfoque laboral sustentado en una mentalidad y actitud más inteligente y flexible siempre será más beneficioso, productivo y exitoso.

No obstante, es pertinente puntualizar que trabajar inteligente también es trabajar duro; solo que de una manera más planificada y sabiendo cómo invertir en cada momento la energía física y mental. Además, la inteligencia, la mentalidad innovadora y flexible también significa esfuerzo y laborar con intensidad.

Ambas esferas deben usarse en conjunto, pero priorizando siempre el ingenio y la calidad frente a la cantidad. Solo así se gestiona mejor el tiempo, las fuerzas y la motivación. Algo evidente en los empleos es que, muchas veces, se pierde el tiempo de forma absurda y, en ocasiones, el esfuerzo cae en saco roto sin traer los resultados esperados.

Ante la cuestión de qué es más recomendable, trabajar duro o de forma inteligente, prioricemos la segunda dimensión, sin excluir nunca el valor de la dedicación y el esfuerzo bien dirigido y organizado. Esa es la combinación que, sumada al entusiasmo y la motivación, conduce al éxito.

La Mente es Maravillosa.-

trabajo duro o inteligente psicología organizacional

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