El 2 de abril de 1982 una fuerza naval argentina integrada por el buque de desembarco Cabo San Antonio, el portaviones 25 de Mayo, los destructores Hércules y Santísima Trinidad, las corbetas Drumond y Granville, el rompehielos Irízar y el submarino Santa Fe, desembarcó sorpresivamente en las islas Malvinas, que habían sido usurpadas por el Imperio Británico en el siglo XIX.
Las fuerzas argentinas, que partieron con sigilo la noche anterior de la base de Puerto Belgrano, cerca de Bahía Blanca, en forma deliberadamente incruenta para los habitantes de las islas lograron la rendición de las autoridades británicas que encabeza su gobernador, Rex Hunt, luego de una breve y tenue resistencia de marineros británicos, en que murió el capitán de la armada argentina, Pedro Giachino.
El 2 de abril se concretó la “La Operación Rosario”, planificada meses antes por el gobierno militar del “Proceso” que encabezaba entonces el general Leopoldo Fortunato Galtieri. Sin duda, el gobierno argentino pensó poner fin a la ocupación británica de una parte del territorio argentino, y de paso anotarse un punto a favor muy importante para sobrevivir a los problemas políticos cada vez más acuciantes, pero en lugar de eso se desató una guerra con graves pérdidas en vidas y material para ambos bandos.
En 1833 las islas Malvinas fueron ocupadas por el comandante John James Onslow al mando de la corbeta Clio en nombre de Inglaterra. Desalojó entonces en forma incruenta, pero bajo la amenaza del uso de la fuerza, al capitán argentino José Pinedo, a cargo de la gobernación, y a sus hombres.
Desde entonces las gestiones diplomáticas en diferentes ámbitos han resultado infructuosas para lograr la restitución de las mismas.
El 18 de marzo un grupo de operarios a cargo del empresario argentino Davinoff, contratados para el desguace de instalaciones en desuso en Puerto Leight, en las islas Georgias del Sur, enarbolaron una bandera argentina en un gesto reivindicatorio de la soberanía que provocó un incidente con el personal británico, una protesta formal de Gran Bretaña que en definitiva impuso un plazo perentorio para la evacuación bajo amenaza de ser expulsados.
La situación llevó una semana mas tarde el desembarco en Leight de una dotación militar proveniente del buque de la armada argentina Bahía Paraíso, inicialmente surto en las islas Orcadas.
El 3 de abril, ya consumada la ocupación militar de las islas Malvinas, se ocupó Grytviken con refuerzos transportados por la corbeta Guerrico. Se produjo un breve combate con una dotación de 22 marineros ingleses desembarcados del buque Endurance.
Las bajas argentinas ascienden finalmente a tres muertos y cuatro heridos lográndose finalmente la rendición del grupo británico, que sufrió un solo herido.
En lo que se considerará como un grave error de apreciación del gobierno argentino sobre los alcances de la reacción británica, la determinación del gobierno conservador de Margaret Thatcher de no consentir el acto de fuerza, hizo fracasar los esfuerzos diplomáticos desplegados por los EE.UU. en carácter de incómodo mediador, del Perú encabezando a los demás países de la región y de la propia Argentina a través de las Naciones Unidas y de la OEA para forzar una salida negociada ante la inminencia de un enfrentamiento con una poderosa fuerza de tareas de la flota británica que navegaba desde Porthsmouth hacia el archipiélago, compuesta por más de 110 buques de los cuales 42 eran de guerra incluyendo portaviones y submarinos, con 22.000 efectivos a bordo.
Los combates se prolongaron 45 días. En ese periodo fue hundido el crucero Belgrano, un gran buque que había participado de la II Guerra Mundial, gemelo del “Missouri”, un destructor norteamericano que participó del bombardeo con misiles a Iraq.
Días más tarde la flota británica sufrió la pérdida del destructor Sheffield, tres fragatas y dos buques de transporte, a manos de la aviación naval argentina y de la fuerza aérea, la cual al finalizar el conflicto habrá perdido 55 hombres y 47 aviones
El 27 de abril, más de veinte días después de haberse iniciado la ocupación de las islas arriba la primera compañía de comandos, es la 601 estructurada en tres secciones y compuesta por cerca de 60 efectivos. El 30 de abril sus secciones son aerotransportadas hacia sus primeras misiones de exploración y control en la península de Frecynet a fin de desactivar un faro, al asentamiento de Fitz Roy para un control poblacional y hacia la Puerto Howard isla Gran Malvina en búsqueda de una posible emisora clandestina. Pocas horas mas tarde se produce el primer ataque aéreo británico.
Durante las primeras horas del 21 de mayo los comandos del Special Boat Service y los paracaidistas británicos del Para 2 desembarcan encabezando la invasión a las islas, la concentración naval detectada en el estrecho provoca el audaz ataque de la aviación de la Fuerza Aérea Argentina desde el continente la que durante el día hunde la fragata Ardent, avería la fragata Argonaut y abate tres Harriers al precio de seis bajas propias.
En tierra firme los británicos diezman las posiciones de avanzada en Fanning Head del regimiento 25 provocando el repliegue escalonado desde Puerto San Carlos hasta ocupar poco mas tarde Goose Green y Darwin desde donde avanzan hacia Puerto Argentino.
El 10 de junio, queda abortada la última posibilidad del Comando Militar en Malvinas de ejecutar un contraataque de envergadura por la retaguardia enemiga en San Carlos. Planificado con efectivos propios disponibles en la isla y el refuerzo de una brigada aerotransportada desde Comodoro Rivadavia el plan es finalmente desechado ante la falta de seguridades de contar con una adecuada cobertura aérea.
Las graves pérdidas ocasionadas por la Fuerza Aérea, horas antes, a las fuerzas de desembarco enemigas en Bahía Agradable, donde son alcanzadas la fragata Plymouth y los transportes de tropas Sir Galahad y Sir Tristán, no detiene el ímpetu de los británicos que poco mas tarde comienzan a realizar ataques furtivos desde helicópteros disparando misiles sobre el perímetro urbano de Puerto Argentino mientras en Monte Longdon en la línea de contacto de la mermada infantería argentina combate cuerpo a cuerpo con la británica.
El día 12 el gobernador militar de las Malvinas, Mario Benjamin Menéndez, informa de la crítica situación al comando en Comodoro Rivadavia para ser retransmitido a la Junta Militar. El 14 de junio, quebradas las últimas líneas defensivas de la infantería que debe replegarse en medio de un desorden generalizado se produce la rendición de las fuerzas argentinas en Malvinas la que es formalizada por Menéndez al general británico Jeremy Moore, lo cual pone fin al conflicto armado pero no al litigio de soberanía que perdurará todavía a comienzos del siglo XXI.
Como resultado de la guerra, en el frente diplomático las relaciones de la Argentina con los EE.UU. sufrirán inicialmente un importante deterioro como consecuencia del decisivo apoyo logístico brindado a Gran Bretaña. En lo interno la derrota provoca la caída del gobierno del general Galtieri y marca el inicio del fin del régimen militar que gobernó la Argentina desde 1976.
Un poco de historia
Descubiertas en 1520 por integrantes de la expedición de Hernando de Magallanes, las islas fueron registradas en la cartografía europea con diversos nombres y quedaron dentro de los espacios bajo control efectivo de las autoridades españolas. No obstante, hacia mediados del siglo XVIII, comenzaron a ser objeto del interés de Gran Bretaña y Francia, que aspiraban a contar con un establecimiento estratégicamente ubicado frente al estrecho de Magallanes.
El 3 de enero de 1833 las Malvinas fueron ocupadas por primera vez por fuerzas británicas que desalojaron a la población y a las autoridades argentinas allí establecidas legítimamente, reemplazándolas por súbditos de la potencia ocupante.
En 1965, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció que la situación que atraviesan las Islas Malvinas, Sandwich del Sur y Georgias del Sur desde 1833, así como los espacios marítimos circundantes, representan un caso especial de colonialismo que debía ser resuelto en negociaciones entre el Reino Unido y la República Argentina. Desde ese entonces, fueron 39 las resoluciones de la ONU instando a los gobiernos de ambos países a retomar el diálogo por la soberanía de las Islas. Estas resoluciones no fueron acatadas en ningún momento por el gobierno británico.
De la Redacción de AIM.
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