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Caleidoscopio
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Ucrania: Sanciones y contrasanciones

La académica Sara Schiffling, de las universidades de Liverpool en Inglaterra y de Dublín en Irlanda, dio a conocer una previsión de los problemas y las angustias que podría causar a Occidente la decisión de sancionar a Rusia por su conducta en Ucrania.
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Además de las puntualizaciones de Sara, hay algunas diferencias intangibles que pueden pesar mucho al momento de instalarse de lleno las consecuencias de las sanciones. Por ejemplo, el Occidente anglosajón tiene una idea de sí mismo narcisista y muy elevada, que no le permite ver la realidad con sus contornos verdaderos, y es dado por una larga habituación al consumismo, a la molicie, a la blandura, a la buena vida, a la distracción sin riesgo, al pasar sin sentir.

Por el contrario, la actitud de los rusos y los orientales, incluyendo a los chinos, es muy diferente: son mucho más sufridos, están dispuestos a aceptar todos los problemas, como se vio en la Segunda Guerra Mundial, si está en juego la "madrecita Rusia", y soportan mejor el sufrimiento en ese caso.

Si bien es un estereotipo, es difícil concebir al ciudadano estadounidense de clase media sin el televisor y la cerveza, el acondicionador de aire y el automóvil, entre otras cosas que parecen parte de su personalidad. Si estas cosas faltan o escasean, si su vida se altera mucho, no hay resiliencia suficiente y las consecuencias individuales y luego sociales y políticas no se hacen esperar.

Según Sara Schiffling, la guerra en Ucrania, y sobre todo las sanciones cruzadas a que dio lugar más que las operaciones militares mismas, "amenaza con perturbar aún más las ya de por sí tensas cadenas de suministro". Sucede que naciones manufactureras, como Estados Unidos y Alemania, son importadoras de materias primas y energía procedentes de Rusia.

La cuestión es muy seria en el caso de la energía, porque muchos países europeos dependen de la energía rusa, sobre todo del gas a través de varios gasoductos vitales que hoy están suspendidos, en el caso del Nord Stream 2 por disposición del gobierno alemán en obsequio a una exigencia de los Estados Unidos.

La reducción sustancial en el suministro de gas ruso para la industria alemana viene a producirse justo cuando arreciaba la lucha contra la pandemia, que por sí sola había provocado problemas industriales.

Sara recuerda que cuando los precios del gas subieron en el otoño de 2021, las plantas de fertilizantes en el Reino Unido cerraron porque el alto costo de la energía hizo insostenible la producción. Escasearon entonces algunos insumos esenciales entre otras cosas para los procedimientos médicos y para la conservación de alimentos. Son impredecibles las ramificaciones que pueden tener medidas en parte demagógicas y parte debidas a una idea de sí mismos demasiado generosa y condescendiente.

Rusia y Ucrania producen casi la cuarta parte de la cosecha mundial de trigo. Las "tierras negras" de Ucrania son célebres por su fertilidad, lo mismo que la Pampa húmeda argentina. Ucrania exporta la mitad de aceite de girasol que se consume en el mundo, un insumo crítico en varias industrias.

El transporte ya fue afectado notablemente por la pandemia, sobre todo cuando el clima de miedo que creó la propaganda mediática hizo mermar mucho los vuelos intercontinentales. Cuando todavía ese bache no se había salvado del todo, la guerra y las sanciones vienen a reinstalar el problema. Por ejemplo, la prohibición británica a Rusia de usar el espacio aéreo del Reino Unido fue respondida de inmediato con la prohibición para el Reino Unidos -y luego para toda Europa- de usar por cualquier motivo el espacio aéreo de la Federación Rusa, enormemente más grande. Los aviones deberán tomar rutas mucho más largas y costosas si no pueden sobrevolar Rusia.

El puerto de Odessa, ucraniano en el Mar Negro, es famoso desde hace mucho por su valor económico. Si los rusos cortan su gran movimiento de contenedores habrá efectos inmediatos considerables, pero a medio plazo más difíciles de calcular, sin duda mayores.

Rusia está entre los principales productores de petróleo del mundo. Si deja de negociarlo los fletes marítimos se encarecerán cuando ya están muy altos.

Los ciberataques son especialmente temibles; ya se han producido varios que no tienen publicidad. Las sanciones a Rusia no son comparables con las que se puede aplicar a Corea del Norte o a Irán, porque Rusia es una potencia cibernética que puede atacar las cadenas de suministro mundiales. Actualmente el comercio depende del intercambio de información en línea, de modo que se afectarán estructuras claves en caso de ataques cibernéticos. El efecto sobre los suministros es incalculable.

Hay un punto especialmente sensible, en que Sara se detiene particularmente: la provisión de metales y tierras raras, que son esenciales pero no muy visibles para el común de la gente.

Rusia y Ucrania encabezan la producción mundial de níquel, cobre y hierro. Y también tienen parte considerable en la producción de elementos químicos raros o preciosos como el neón (un gas noble), el paladio y el platino.

"En el caso del paladio, por ejemplo, el precio actual de negociación es de casi 2 700 dólares por onza, con una subida de más del 80 % desde mediados de diciembre. El paladio se utiliza para todo, desde los sistemas de escape de los automóviles o los teléfonos móviles hasta los empastes dentales".

Otro metal que suministra Rusia a la industria mundial es el titanio, cuyo nombre derivado de los titanes míticos por su gran tenacidad y resistencia. La industria aeroespacial de los Estados Unidos depende del titanio de Rusia. Si es es posible acudir a otros proveedores, las grandes empresas, como Boeing y Airbus, no pueden prescindir sin graves deteriores de la fuente rusa.

Finalmente, el mundo moderno pasó rápidamente a depender de los microchips, desconocidos hace medio siglo. Los microchips escasearon el año pasado. Se esperaba que la provisión se regularizara en 2022, pero por lo visto, empeorará. Estados Unidos amenazó con cortar la provisión de microchips a Rusia, quizá una decisión "pour la galerie", porque para producirlos son necesarios el neón, el paladio y el platino, que vienen de Rusia. Parece que de continuar esta tendencia y subir los contendientes la apuesta de las sanciones, todos terminarán fuera de combate o de vuelta a condiciones superadas hace siglos.
De la Redacción de AIM

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