El Banco Mundial advirtió sobre los efectos de la devaluación de diciembre en la economía argentina y alertó sobre el impacto inflacionario de las primeras medidas del plan del Gobierno de Javier Milei. El organismo aseguró que la economía afronta “una importante incertidumbre económica y política”, planteó. El organismo, de todas formas, estimó que la economía argentina rebotará un 2,7 por ciento en 2024 como efecto de recuperación tras la sequía del año pasado.
El BM mencionó que la Argentina volvería a crecer en 2024 a pesar del escenario recesivo e inflacionario, con una suba de su PBI de 2,7 por ciento y un proceso continuado de expansión de 3,2 por ciento en 2025. “El repunte refleja una recuperación de la sequía de 2023, que provocó una disminución de las principales exportaciones de materias primas del país (maíz y soja), por un valor de casi el tres por ciento del PIB”, aseguró el organismo.
“El país enfrenta una importante incertidumbre económica y política en medio de una alta inflación y una pronunciada depreciación de la moneda, que continúa erosionando la confianza de los consumidores. La inflación anual ha superado recientemente el 150 por ciento y no hay señales de alivio. También hay poco margen de maniobra para que el gasto fiscal apoye la actividad, mientras el gobierno busca abordar cuestiones apremiantes de sostenibilidad fiscal”, analizó el Banco Mundial sobre la Argentina para este año.
En términos generales, “las principales economías están emergiendo prácticamente ilesas después del aumento más rápido de las tasas de interés en 40 años, sin las cicatrices habituales de elevadas tasas de desempleo o crisis financieras. Se está controlando la inflación mundial sin llevar al mundo a una recesión. Es raro que los países reduzcan las tasas de inflación sin provocar una desaceleración, pero esta vez un ‘aterrizaje suave’ parece cada vez más posible”, analizó el Banco Mundial.
“Más allá de los próximos dos años, el panorama es sombrío. El final de 2024 marcará la mitad de lo que se esperaba fuera una década transformadora para el desarrollo: cuando la pobreza extrema debía extinguirse, cuando las principales enfermedades transmisibles debían erradicarse y cuando las emisiones de gases de efecto invernadero debían reducirse casi en un 10 por ciento. Lo que se avecina, en cambio, es un hito lamentable: el desempeño de crecimiento global más débil de cualquier media década desde la década de 1990, con personas en una de cada cuatro economías en desarrollo más pobres que antes de la pandemia”, mencionó, sin optimismo, el Banco Mundial.
Las proyecciones económicas globales del organismo indicaron que la mayoría de las economías, tanto avanzadas como en desarrollo, crecerán más lentamente en 2024 y 2025 que en la década anterior a la irrupción del Covid. En ese sentido, remarcaron que esperan que el crecimiento mundial se desacelere por tercer año consecutivo (hasta una cifra de 2,4 por ciento) antes de acelere hasta 2,7 por ciento en 2025.
“Sin embargo, esas tasas aún estarían muy por debajo del promedio del 3,1 por ciento de la década de 2010. Se espera que el crecimiento de la inversión per cápita en 2023 y 2024 promedie solo el 3,7 por ciento, apenas la mitad del promedio de las dos décadas anteriores. Sin medidas correctivas, el crecimiento mundial seguirá muy por debajo de su potencial durante el resto de la década de 2020″, planteó.