Aseguran que, si la crisis continúa, impactará en la economía local, por el intercambio comercial, y porque Lula deberá relegar la agenda regional. Piden el repudio de "todos los sectores".
Las empresas siguen con “fuerte preocupación” el día a día de la política de Brasil, tras el intento de golpe de Estado en el país vecino, principal socio comercial de la Argentina.
Las principales gremiales empresarias del país salieron rápidamente en rechazo el ataque a las instituciones. El temor es que la crisis política implique que el gobierno de Lula da Silva no pueda hacer foco en su agenda de expansión regional, que incluye una moneda común. Pero, además, el empresariado pone a las elecciones argentinas del 2023 en el espejo de una región “convulsionada”, y teme por la debilidad de los gobiernos.
En las últimas horas salieron a expresarse las principales cámaras empresarias. La Asociación Empresaria Argentina (AEA), que nuclea a los dueños de las principales empresas del país, como Mercado Libre y Techint, indicó: “Deseamos expresar nuestro total rechazo al intento de alterar el orden institucional en Brasil”. En otro breve comunicado, la Unión Industrial Argentina (UIA), que encabeza Daniel Funes de Rioja, “condenó las manifestaciones anti democráticas”, y pidió por el “respeto del orden institucional”.
La Cámara Argentina de Comercio (CAC), liderada por Mario Grinman, aseguró que los hechos de violencia “significan un gravísimo ataque contra las instituciones democráticas que no solo afecta a Brasil sino también a toda la región”. En un comunicado, también resaltaron el impacto local: “Los recientes acontecimientos de violencia se dan en un momento que encuentra a Brasil como principal socio comercial, con expectativas de crecimiento”. En 2022, el comercio bilateral entre Argentina y Brasil podría superar los u$s 28 mil millones, el valor más elevado de los últimos 10 años, según proyecciones de la CAC. Durante el acumulado de los primeros 11 meses, último dato oficial, las exportaciones argentinas hacia Brasil fueron de u$s 11.599 millones, un incremento del 8,5 por ciento.
Desde el domingo que las empresas siguen de cerca los hechos en Brasil. “Sin duda se ve con preocupación”, afirmó Juan Cantarella, gerente general de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (Afac). La importancia del país vecino es central: “Para el sector automotor, Brasil tiene igual o más importancia que el mercado interno argentino, porque de todo lo que se produce, la mayoría se exporta, y el 70% es a Brasil. Se sigue de cerca por la coyuntura en cuanto a la demanda y al intercambio comercial, pero también por cuestiones estructurales, el flujo de inversiones extranjeras de mediano y largo plazo tienen en cuenta el marco regional”, agregó.
El sector automotriz esperaba un crecimiento moderado para este año en Brasil. De momento, nadie puede vislumbrar si los hechos pueden modificar las expectativas y el futuro del impulso que el gobierno de Lula quería darle al Mercosur. Marcelo Elizondo, presidente de ICC Argentina (International Chamber of Commerce) describió dos escenarios: “Si la crisis deviene en un ordenamiento rápido y se recuera la gobernabilidad con paz social, podría quedar como un episodio superado y mantenerse los pronósticos.
Sino, Brasil podría entrar en un proceso de tensión que perdure en el tiempo, es una incógnita si a la gente reclamando se suma el Bolsonarismo, que es la fuerza más importante en el Congreso. Eso podría radicalizar Brasil, habrá que revisar pronósticos y le imposibilitará a Lula poner en marcha su agenda, resolver problemas domésticos y postergar la agenda internacional”.
También, la mirada empresaria pone la polarización de Brasil en el espejo argentino, en el marco de un año electoral. Elizondo enmarca los hechos en una "región convulsionada", en el marco de lo ocurrido en Perú y Bolivia recientemente. “La legitimidad institucional es débil y hay mucho descontento, no de pequeños grupos, sino de movimientos populares”, afirmó Elizondo. “La preocupación de dirigentes empresarios es por el temor al agravamiento de la tensión, que pueda contagiar los ánimos en Argentina”, agregó.
En tanto, Román Queiroz, dirigente de Faima y de la UIA, analizó el posible devenir económico: “Si la crisis deriva en una devaluación de Brasil, aumentan nuestros costos de los insumos, y si cae su mercado interno, también dificulta las exportaciones”. Además, lo relacionó con la política local: le preocupa que “algunos” dirigentes de la oposición se identificaron recientemente con Jair Bolsonaro. “Esto preocupa porque la extrema derecha viene utilizando estos métodos para alterar la democracia”, agregó.
Otros comunicados
El Foro de Convergencia Empresarial también emitió un comunicado en rechazo al intento de alterar el orden institucional en Brasil. “La vigencia de la democracia en nuestros países, tan trabajosamente lograda, requiere el cumplimiento de sus protocolos: la aceptación del resultado de las elecciones, el traspaso ordenado del poder de un presidente a otro y el respeto a las instituciones y a la división de poderes establecida por la Constitución”. Además, pidieron que los intentos de “subvertir el orden institucional” deberían ser repudiados por “todos los sectores de la sociedad”.
También salieron en repudio cámaras pymes, como la Confederación de la Mediana Empresa (Came), que “condenó el intento de quiebre democrático”. En un comunicado, aseguraron que las imágenes generaron “zozobra y angustia” y pidieron “responsabilidad” a las dirigencias políticas para “respetar el orden institucional”. Came además aseguró que ambos países tienen un destino común, por la vinculación a diario de pyme, por lo que además de solidarizarse pidieron por un “Mercosur más activo”.