El gobierno boliviano impulsa proyectos de energías renovables con un enfoque inclusivo, buscando equilibrar la modernización energética con la protección de las comunidades originarias.

Bolivia se encuentra en un momento clave de su transición energética, priorizando fuentes renovables como la solar y la eólica. Estas iniciativas, según el Ministerio de Energías, apuntan a reducir la dependencia de los hidrocarburos y posicionar al país como un referente en sostenibilidad en Sudamérica.

Una de las principales apuestas es el proyecto de energía solar en el Altiplano, que, al completarse, abastecerá a más de 100.000 hogares. El plan no solo se enfoca en la modernización, sino también en el respeto por los derechos de las comunidades originarias.

“El desafío está en generar una transición que sea justa, donde los beneficios lleguen a todos, especialmente a los sectores históricamente relegados”, señaló Luis Arce, presidente de Bolivia. En este sentido, se han llevado a cabo consultas previas con las comunidades locales para garantizar que los proyectos energéticos respeten sus territorios y tradiciones.

Organizaciones ambientalistas y sociales valoran la apuesta del gobierno, pero advierten que es necesario reforzar los mecanismos de control para evitar impactos negativos en el medio ambiente y en la vida de las comunidades.

El proceso boliviano representa un modelo a seguir para otros países de la región, que enfrentan el desafío de equilibrar desarrollo energético y justicia social en un contexto global de cambio climático.

De la Redacción de AIM