El lobo dejará de ser una especie cinegética en todo el estado español. La comisión estatal de patrimonio natural, que reúne a los directores generales de las comunidades autónomas, ha acordado por un estrecho margen aceptar la propuesta de los científicos y del Gobierno de incorporar al lobo en el listado de especies de protección especial. Es el paso decisivo para prohibir definitivamente la caza de este carnívoro en España, una práctica que se viene efectuando sistemáticamente en las comunidades autónomas al norte del río Duero.
La propuesta había sido presentada por el Ministerio para la Transición Ecológica. El acuerdo ha sido aprobado por un estrechísimo margen (nueve votos a favor, ocho en contra y tres representantes no votaron). Además del Gobierno y las comunidades autónomas, en este organismo están representadas las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Votaron en contra Castilla y León, Galicia, Asturias, Cantabria, Andalucía, Madrid, Región de Murcia y País Vasco.
El voto de Catalunya, a favor de una protección, ha sido uno de los factores que ha inclinado la balanza en la votación, que fue muy reñida tras un amplio y duro debate, con posiciones y argumentos defendidos por los dos bandos en liza. También votaron a favor Baleares, Aragón, Canarias, Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja y Melilla, y el propio Gobierno. Y se abstuvieron Navarra, Comunidad Valenciana y Ceuta.
"Es un día histórico; por fin, después de muchos años de lucha de los ecologistas se ha conseguido. Hago una petición: ¡que las comunidades autónomas dejen de matar lobos y que no esperen a que la orden salga en el BOE!", declaró a este diario Theo Oberhuber, responsable de las campañas de Ecologistas en Acción.
El encuentro ha venido precedido de un gran debate. Para hoy día 4 estaba convocado una reunión que había sido considerada clave para el futuro de esta especie.
La comisión estatal de patrimonio natural y biodiversidad se reunía con la propuesta, finalmente aprobada, de incluir al lobo en el listado de especies de protección especial, lo cual supone que el gran carnívoro ya no podrá ser cazado (algo que aún ocurre al norte del rio Duero, en las comunidades de Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria).
Pero la decisión era complicada. En este encuentro, donde están representados los directores generales de patrimonio natural de las comunidades autónomas, había miembros de cuatro de ellas (de Castilla y León, Galicia, Asturias o Cantabria) que se han resistido duramente, lo cual podía hacer fracasar el plan del Ministerio para la Transición Ecológica. También podía ocurrir que comunidades relativamente ajenas al lobo (aunque solo fuera por carecer de poblaciones en su territorio) pudiera ser decisivas en la protección del lobo. Sería toda una paradoja...Y es en gran parte lo que ha ocurrido.
La propuesta contaba con el preceptivo aval de un comité científico, que promueve la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre).
Trámite necesario
La ley establece que para que una especie se incluya en este listado debe ser el Gobierno quien haga la propuesta. Se trata de una competencia estatal. Sin embargo, la ley también indica que esta propuesta debe pasar antes por la comisión de patrimonio natural con representación autonómica. Legalmente no es una decisión vinculante y cabría que, pese a cosechar un rechazo, la propuesta podría ser aprobada por el Gobierno. No obstante, el Ministerio ha querido hasta ahora que el asunto fuera aprobado por mayoría y sin imposiciones.
Pero la división era enorme. Los grupos conservacionistas venían apoyando la protección integral del lobo, pero esa idea ha chocado con la posición de amplios sectores del mundo rural o ganadero, que se oponen de forma vehemente invocando los daños del lobo en la ganadería (que muy frecuentemente no está protegida de los ataques).
La inclusión del lobo en el referido listado de especies de protección especial comporta que ya no podrá ser cazado y que, además, sea obligatorio la elaboración de una estrategia para su recuperación.
Hasta ahora, las poblaciones al norte del Duero pueden ser cazadas; no así al sur de este río
En España el estatus de protección del lobo es diferente al norte y al sur del Duero. Así, las poblaciones al norte del río Duero pueden ser capturadas y son objeto de explotación mediante cupos de caza que conceden anualmente las comunidades autónomas.
Y al sur del Duero, en cambio, al estar catalogada como una especie de interés comunitario, es un animal protegido.
Los grupos ecologistas deseaban incluso que el lobo hubiera sido incluido en el catálogo español de especies en peligro, para blindar mejor las medidas para su protección; pero juega en contra el hecho de que el lobo no tiene ahora ninguna categoría de protección especial y, para este fin, se requeriría que hubiera estado catalogado previamente con algunas de las categorías de peligro.
El lobo es una especie clave en los ecosistemas, y su conservación es un reto necesario, inseparable de la defensa de la biodiversidad ibérica, según los especialistas. Desde la década de los 70, en la que el lobo ibérico estuvo muy cerca de extinguirse, el movimiento ecologista y muchas organizaciones han venido reclamando su protección, a la vez que han denunciado la mala gestión realizada por las comunidades autónomas en la mitad norte peninsular.
"La inclusión del lobo en el listado supone un hecho histórico, puesto que a partir de ahora el lobo deja de ser una especie cinegética en todo el territorio nacional", señala Luis Suárez, coordinador de conservación de WWF. "Esto supone el inicio de un cambio de modelo, en el que el lobo dejará de ser perseguido. Esperamos que a partir de ahora se pongan en valor todos los beneficios que aporta a los ecosistemas y a la sociedad, y se empiece realmente a prima su conservación y protección y se apueste por medidas de prevención y la coexistencia.
Soluciones frente a los ataques al ganado
Theo Oberhuber instó a las comunidades al norte del Duero "que dejen de matar lobos, que se persiga su caza ilegal y que colaboren con ganaderas y ganaderos para fomentar la coexistencia entre lobo y ganadería, ayudándoles a evitar o reducir los ataques del lobo al ganado".
Para ello propone la utilización de perros mastines, el incremento de la vigilancia del ganado, la recogida nocturna del ganado, coordinar las parideras y otras prácticas que muchos ganaderos realizan con éxito.
La Generalitat lo apoya, pero quita trascendencia al acuerdo
La Generalitat votó a favor, pero sin hacer aspavientos. Ferran Miralles, director general de Polítiques Ambientals del Departament de Territori i Sostenibilitat -presente en la reunión- quitó trascendencia al acuerdo adoptado considerando que la inclusión del lobo en este listado no excluye que en el futuro pueda haber “algunas acciones de control de esta especie”, cuando se den determinadas condiciones. “No todo es blanco o negro”, sostiene para argumentar que la protección no lo hace intocable.
“El Gobierno elaborará una estrategia de gestión del lobo”, lo que puede dar lugar a que “se puedan emprender acciones de control cuando se produzca problemas en algunas zonas”, señala Miralles refiriéndose indirectamente a las áreas donde puedan registrarse ataques al ganado.
“Lo importante no es que una especie esté en un catálogo o un listado, sino la gestión que se haga de ella”, sentencia.
Miralles apunta que no hay temor por el futuro de la especie. En este sentido, recuerda que en las zonas del estado español "donde el lobo debería de haber estado protegido", el carnívoro está en expansión. Concretamente, el 95 por ciento de los ejemplares se encuentran en estos territorios donde no está protegido, mientras que en las áreas donde rige la protección no hay presencia de lobos. Todo lo cual relativiza, según él, el acuerdo.
En los tribunales
Hace unos días, la Asociación para la Conservación y el Estudio del Lobo Ibérico (Ascel), promotora de toda esta iniciativa, presentó un recurso contencioso-administrativo, ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, contra el Ministerio para la Transición Ecológica para reclamar la inclusión de las poblaciones de lobos en el Catálogo Español de Especies Amenazadas en la categoría vulnerable, o -en su defecto- en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.
La propuesta de protección ya estuvo presente en la reunión de la comisión estatal para el patrimonio natural el pasado mes de septiembre, pero el Gobierno la retiró ante la oposición mostrada por algunas comunidades autónomas, y pese al dictamen favorable previo del comité científico encargado de informar sobre el trámite.
La posición del referido comité científico fue favorable (y unánime) en el sentido de que debía incorporarse al lobo a listado. Ante este rechazo, Ascel optó por reclamar a los tribunales presentando demanda contra el Ministerio.
Ascel sostiene que el Gobierno debería de haber firmado ya la orden de protección del lobo "como reclaman el conocimiento científico, el marco legal, el interés general, y la coherencia con los tiempos" y por juzgar que es un trámite regalado.
“Pero el trámite nunca se completó, y la orden no se firmó. Por tanto, cualquier anuncio de buenas intenciones ministeriales que no se plasmen en el BOE es engañar a la ciudadanía y prolongar sine die una decisión que solo compete al Gobierno central. Y sin publicación en el BOE no hay protección de lobos, con lo que se perpetuará el actual modelo de gestión autonómico basado en la caza y control de las poblaciones. Todo esto contribuye al desfavorable e inadecuado estado de conservación de nuestra población de lobos, como ha acreditado la Unión Europea”, añade esta asociación
Fuente: La Vanguardia (España)