El balance de muertos por el incendio forestal que arrasó la isla de Maui, en Hawái, se elevó a 80 personas, mientras que miles se quedaron sin hogar y los bomberos continúan trabajando en la extinción de las llamas, en una de la peor catástrofe que sufrió este archipiélago estadounidense, informaron las autoridades locales.
"El número de muertos asciende a 80", informó el condado de Maui en una actualización periódica de la situación, y añadió que 1.418 personas fueron evacuadas y llevadas a refugios de emergencia.
Richard Bissen, el alcalde de Lahaina, antigua capital del archipiélago y una de las zonas más turísticas de Hawái, estimó que el 80 por ciento de la ciudad quedó completamente destruido debido a las llamas, avivadas por el huracán Dora.
"Lo que vimos es catastrófico. Es probablemente el mayor desastre natural de la historia del estado de Hawái", declaró el gobernador del estado de Maui, Josh Green, quien advirtió que se espera que la cifra de víctimas mortales aumente "muy significativamente".
Ante esta situación, el presidente Joe Biden declaró el miércoles el estado de catástrofe natural para Hawái, lo que permitirá liberar "fondos federales a disposición de los afectados en el condado de Maui", explicó la Casa Blanca en un comunicado.
En tanto, el papa Francisco expresó su "solidaridad con aquellos que están sufriendo esta tragedia" y dijo sentir "una profunda tristeza"; en un telegrama enviado por el cardenal Pietro Parolin al Nuncio Apostólico en Estados Unidos, Christophe Pierre.
Los focos ígneos comenzaron en la madrugada del martes y su rápido avance puso en peligro viviendas, empresas y servicios públicos, como a más de 35 mil personas en la isla de Maui, donde el fuego arrasó el 80 por ciento de Lahaina, en la costa oeste de esta isla.