Diversas agencias pertenecientes a la Organización de Naciones Unidas señalaron que entre 702 y 828 millones de personas sufrieron hambre en 2021, un 9,8 por ciento de la población mundial
El reto de lograr el hambre cero en 2030, uno de los principales objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, "no se alcanzará si se mantiene la situación actual", marcada por los efectos del cambio climático, la pandemia de coronavirus y la guerra en Ucrania, alertó esta semana la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
"Esperábamos que hoy el mundo habría salido de la crisis del covid-19, pero la pandemia sigue ahí", agravada por los conflictos y por otras emergencias humanitarias, constató el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Qu Dongyu, durante una rueda de prensa en Nueva York.
En la misma línea, el director del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, David Beasley, advirtió que una catástrofe de hambre inminente está a punto de explotar en los próximos dos años, creando el riesgo de una presión política global sin precedentes.
Beasley dijo que es probable que la actual crisis de asequibilidad de los alimentos se convierta en un verdadero peligro a menos que se encuentren soluciones.
“Los mercados mundiales de alimentos se han sumido en la agitación, con precios altísimos, prohibiciones de exportación y escasez de alimentos básicos que se extienden más allá de las fronteras de Ucrania. Las naciones de África, Medio Oriente, Asia e incluso América Latina están sintiendo el calor de este conflicto”, escribió en un prefacio a un nuevo folleto del Instituto Blair sobre la crisis del hambre.
El organismo internacional aseguró que el objetivo de la ONU de erradicar el hambre en 2030 se aleja cada vez más y proyectó que unas 670 millones de personas seguirán sufriendo hambre para final de esta década.
"Entre 702 y 828 millones de personas sufrieron hambre en 2021", lo que equivale a 9,8 por ciento de la población mundial, indicaron en un informe conjunto la FAO, el Fondo Internacional para el Desarrollo de la Agricultura (FIDA), la Unicef, el Programa Mundial de Alimentos (PAM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta cifra implica que hubo 46 millones de personas más con hambre con respecto a 2020, un año en que ya había presentado un "panorama sombrío" para la seguridad alimentaria global debido a la pandemia del coronavirus.
Según la FAO, "el mundo se aleja de su objetivo de eliminar el hambre, la inseguridad alimentaria y la desnutrición bajo todas sus formas de aquí a 2030", como proyectaba la ONU con su Objetivo de Desarrollo Sostenible ODS-2 Hambre Cero.
La organización estimó que 670 millones de personas van a seguir sufriendo hambre para el final de esta década, "una cifra similar a la de 2015", cuando la comunidad internacional fijó el objetivo de erradicación.
Si no se adoptan medidas drásticas, "todos nuestros esfuerzos habrán servido simplemente para atajar las grandes crisis que hemos vivido", lamentó el presidente del FIDA, Gilbert Houngbo.
Rusia y Ucrania son el tercer y cuarto exportador de cereales del mundo, respectivamente, mientras que Rusia es también un exportador clave de combustibles y fertilizantes.
La guerra ha interrumpido las exportaciones de ambos países, ha elevado los precios mundiales de los alimentos a niveles récord y ha desencadenado protestas en unos países en vías de desarrollo que ya se enfrentan a precios elevados de los alimentos, potenciados por las interrupciones de la cadena de suministro relacionadas con el COVID-19.
Las cinco organizaciones internacionales advirtieron sobre una "intensificación de los principales motores de la inseguridad alimentaria y de la desnutrición" que son los conflictos, los fenómenos climáticos extremos y las crisis económicas.
Según las organizaciones, la clave es tomar medidas audaces para reforzar la "resiliencia" frente a futuras crisis, como la ocurrida con la guerra en Ucrania, que perturbó la cadena de suministros.