El astro argentino revolucionó el universo futbolero este martes con su decisión de dejar el club catalán. Un repaso de lo que fue una agitada jornada deportiva, que puede marcar un antes y un después en la historia moderna del fútbol.
Sin dudas la noticia de este martes es la historia deportiva del año, y quizás de las últimas dos décadas del fútbol mundial: Lionel Messi le comunicó al Barcelona que quiere dejar el club, el equipo que lo vio nacer futbolísticamente, en el que hizo toda su carrera y donde logró todo tipo de récords, pero que ahora parece destratarlo.
La agitada jornada comenzó con el bombazo: medios españoles citaban al canal argentino TyC Sports que dio la primicia de la decisión de Messi. Algo que primero parecía una utopía, un poco de “humo” en época de poco fútbol, pero que lentamente se comenzó a confirmar, con detalles del operativo “cláusula de salida”.
Messi le mandó un burofax (palabra casi desconocida por la mayoría y que fue tendencia en las redes sociales) a la dirigencia del Barcelona, que así se desayunó con que Leo pretendía ejecutar esa norma del contrato y dejar el club en el que debutó en 2004 y en el que ganó 34 títulos.
El vínculo del rosarino se termina en junio del 2021 pero, así como ocurrió con Andrés Iniesta tiempo atrás, existe una cláusula que le permite salir libre al final de la temporada. Desde la dirigencia que encabeza Josep Maria Bartomeu argumentan que el plazo ya venció (principios de junio), pero desde el entorno del jugador (avalado por Fifa y demás federaciones), consideran que dicho vencimiento no tiene validez, ya que la temporada terminó más tarde por la pandemia del coronavirus.
La noticia copó los portales de todo el mundo. Lionel Messi fue portada de medios futboleros y no tanto, y para la noche argentina, ya se conocían los titulares de las ediciones papel de los principales diarios deportivos de España: tapas negras para los barcelonistas y alguna chicana por parte de los madridistas.
Azorados (o no tanto) con la comunicación del ídolo, la primera decisión de los dirigentes catalanes fue convocar a una reunión de urgencia de la Junta Directiva. Primero trascendió esta idea de Bartomeu y compañía de apelar a la estrategia legal (jugar con el supuesto vencimiento del plazo para ejecutar la cláusula de salida), y luego llegó la respuesta: otro burofax pidiéndole que se quede y que termine su carrera con la camiseta blaugrana.
¿Realmente el presidente y la dirigencia quieren que Lionel se quede? ¿Ven factible que esta especie de ruego dé resultados? ¿O no fue otra cosa que una formalidad y un intento así de negociar su salida? Sin dudas la dirigencia quedará marcada por la partida de la ‘Pulga’, pero al menos intentará que ingrese algo de dinero a las arcas del club, y al mismo tiempo mostrar un poco de interés en la continuidad del mejor jugador del mundo.
¿Y los hinchas? Fanáticos del Barcelona se convocaron este martes a las inmediaciones del Camp Nou, con súplicas para el rosarino y con consignas de protesta hacia Bartomeu, al que apuntaron por la decisión del astro y le pidieron la renuncia. "¡Bartomeu, dimisión!", fue uno de los cánticos más repetidos. Tal fue el revuelo, que más tarde el propio mandamás blaugrana tuvo que salir a desmentir una supuesta renuncia, como había trascendido en algunos medios.
Es que más allá de la controversia que puede generar en hinchas “culés” y en futboleros en general, Lionel Messi marcó un antes y un después para la vida del Barcelona. Sin dudas es el jugador más influyente de la historia de un club enorme por el que pasaron pesos pesadísimos como Johan Cruyff, Ronaldinho, Rivaldo, Ronaldo, Romario, Guardiola, Luis Enrique y hasta un tal Diego Armando Maradona.
Además de ser el máximo goleador y asistidor de la historia del club (y también de la Liga española y de la historia de los clásicos contra el Real Madrid), y el que más títulos sumó, entre tantos otros logros, desde su llegada, el equipo español volvió a estar en la cima de Europa: Barcelona ya era grande, pero ahora es más grande y hoy acumula cinco Champions League en sus vitrinas, de las cuales el rosarino fue partícipe de cuatro (en la primera no jugó la final pero fue clave en el proceso, y en las dos siguientes finales hasta marcó goles).
La carrera de Lionel Messi revolucionó el fútbol. Messi marcó un fenómeno cultural, una era: la de los pibes en las canchitas del país y de tantos otros países igual y hasta menos futboleros que el nuestro, luciendo la 10 del Barcelona, la 10 de Messi; la de jóvenes y no tanto que, a pesar de vivir a miles y miles de kilómetros de Cataluña, adaptaban sus agendas del fin de semana o de entre semana, para ver al Barcelona de Messi en la Liga española o en la Champions. Una era que se termina con la inminente salida del astro.
Mientras tanto, Manchester City, PSG, Manchester United, Inter de Milán, ¿Newell’s?, y tantos otros parecen pelearse por tener el mejor jugador del mundo. Messi prepara una última función para el final de su carrera, y quizás así comience una nueva era. ¿Qué camiseta lucirán los pibes en los potreros de Argentina a partir de los próximos días?