Para los fanáticos de las frutillas, la mala noticia es que el precio de esta fruta aún es muy alto y el kilo en la ciudad sigue carísimo, llegandose a pagar unos 190 pesos en algunas verdulerias de barrio, constató AIM. Aún no comenzó la época en la que se pueden ver cajones en todas las esquinas de Paraná y las billeteras lo sientes.
Verduleros de Paraná indicaron a AIM que "hace poco comenzamos a recibir frutillas" y si bien “ son de buena calidad, sabemos que el precio es muy alto”.
Los precios varían entre 150 y 190 pesos el kilo. "Los más fanáticos llevan esta fruta a pesar de lo que cuesta, pero en general no es un producto q ue salga mucho hasta que no comienza a bajar un poco más”.
No obstante, advirtieron que "esperamos que los precios comiencen a bajar, así más gente puede disfrutar de esta fruta que tanto gusta".
Sobre la frutilla
No vienen de plantas perennes, sino anuales a bianuales. Se trata de pequeñas plantas y no de arbustos o árboles. Esto significa que su superficie de implantación puede variar año tras año según la coyuntura.
Otra característica distintiva de la frutilla es que no existe una o unas pocas zonas de producción, sino que es cultivada en gran cantidad de lugares, por ser una planta muy plástica en cuanto a los requerimientos de clima y suelo.
Así, la frutilla se cultiva tanto en la Patagonia, como en el extremo norte del país. Otra razón de la disparidad de zonas de cultivo, es la dificultad que presenta la frutilla para ser transportada y su corta vida pos cosecha.
De esta manera, los grandes centros urbanos tratan de abastecerse en zonas cercanas y es muy común que se la cultive en los cinturones verdes de las grandes ciudades. Solamente fuera de cada temporada local, la frutilla debe ser traída de lugares más alejados.
En la Argentina se cultivan unas 1.300 a 1.500 hectáreas, obteniéndose una producción de alrededor de 40.000 toneladas. Los centros de producción más importantes son Coronda, Tucumán y Buenos Aires.
Coronda es la que produce el mayor volumen de la producción nacional (casi el 50 por ciento), gracias a sus elevados rendimientos y la gran calidad obtenida. La mayor parte se envía desde fines de agosto a diciembre al mercado local, otro volumen importante se procesa en las industrias locales y un porcentaje más reducido se congela para exportar.
Tucumán es la segunda región productora con el 35 por ciento de la producción nacional pero la principal exportadora de frutillas congeladas donde la mitad de su producción se destina para ese fin. También Tucumán tiene la frutilla primicia que se da en invierno y principio de la primavera.
En Buenos Aires (Gran Buenos Aires, La Plata, Mar del Plata) se produce la frutilla más tardía (fin de primavera y verano) que se destina principalmente a abastecer el mercado local.
En los últimos años la frutilla registró una importante expansión. El crecimiento se obtuvo gracias a un aumento de la superficie cultivada, nuevas variedades y un mejor rendimiento en volumen y calidad. La mayor producción responde a la creciente demanda que tiene este producto en la población argentina sumado a las buenas posibilidades para su exportación cuyo éxito radica en la frutilla congelada.
Sus propiedades
Además de ser, lógicamente, una de las frutas más ricas; las frutillas son una fuente de Vitamina C, la cual es superior a la que podemos encontrar en las naranjas, en una proporción de 60 miligramos cada 100 gramos.
La frutilla contiene muy pocos hidratos de carbono pero tiene un alto poder antioxidante, lo que ayuda a combatir problemas de origen circulatorio, reumatismo, artritis, gota, etc. Encontramos también en esta fruta tan colorida y vistosa, propiedades analgésicas gracias al ácido salicílico que posee (1 mg. por kilo). También es altamente revitalizante, diurética y tónica. Es rica en oligoelementos, minerales, y contiene flúor, cobalto, yodo y níquel; todas sustancias necesarias para nuestro organismo que podemos incorporar en aproximadamente 150 g. de frutillas.