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¿Por qué molesta tanto Greta Thunberg?

En el estrado, una niña. Frente a ella, representantes de todos los países del mundo, periodistas, políticos y empresarios. Comienza a hablar: “[Vengo]a deciros que los adultos debéis cambiar vuestros modos. No tengo una agenda oculta. Estoy luchando por mi futuro. […]Todo esto está pasando delante de vuestros ojos y aun así actuamos como si tuviéramos todo el tiempo que quisiéramos. […]Los adultos decís que nos queréis, pero os reto, por favor, a que vuestras acciones reflejen vuestras palabras. Gracias”.

Greta Thunberg a las puertas del Parlamento Sueco. (Foto: Wikimedia Commons)
Greta Thunberg a las puertas del Parlamento Sueco. (Foto: Wikimedia Commons)

Si ha imaginado a Greta Thunberg pronunciando estas palabras en algún congreso sobre el clima, se equivoca. Este duro discurso fue pronunciado por la activista Severn Cullis-Suzuki, de entonces doce años, durante la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (Brasil) de 1992. La joven canadiense, sin embargo, no sufrió las críticas que hoy recibe su homóloga sueca. Si no ha oído hablar de su intervención es porque, como mucho, fue ignorada.

Cierto es que Cullis-Suzuki, al contrario que Greta, vivía en un mundo sin internet. Aun así, cabe preguntarse por qué la sueca cosecha, a sus 16 años, ataques feroces que superan a los recibidos por Al Gore hace más de un decenio. En el caso de Thunberg, muchas de las críticas van más allá de su discurso, llegan al terreno personal e incluso hacen diana en su condición de asperger. “La mascota internacional del alarmismo climático”, “mentalmente inestable”, “niña petulante” y “mesías profundamente perturbada” son solo algunos ejemplos.

Los principales sospechosos de tanta tirria son los negacionistas, que rechazan que el cambio climático tenga lugar o que sea debido a la acción del ser humano. Se trata de una postura con poco apoyo entre los españoles –que están entre los ciudadanos más preocupados por este tema–, pero con bastantes adeptos en países como EE UU, Reino Unido y Noruega.

“Desquicia a los negacionistas, sobre todo hombres de EE UU, porque sus tácticas no funcionan con ella, que pasa de lo que dicen los demás”, explica a SINC el divulgador ambiental Andreu Escrivà.

No son pocos los estudios y encuestas que han intentado trazar un “perfil del negacionista climático”, que tiende a ser hombre y conservador. Esto ha llevado a algunos investigadores a analizar la posible relación entre negacionismo y misoginia. El sociólogo de la Universidad Chalmers (Suecia) Martin Hultman es uno de ellos.

“Hay tres grupos de negacionistas climáticos: CEO de industrias extractivas, políticos financiados por ellas y hombres conservadores”, resume Hultman a SINC. “Cuando una mujer presenta resultados que implican que estos individuos, negocios, ideologías y estructuras necesitan cambiar, no es de extrañar que intenten matar al mensajero”.

Hultman se refiere a un tipo de mentalidad que “no ve la naturaleza como algo vulnerable que puede ser destruido” sino como algo a explotar porque “el crecimiento económico es más importante que la supervivencia de la humanidad”.

Las encuestas muestran, explica Hultman, que esta forma de pensar es más frecuente en hombres conservadores, que aceptan los argumentos negacionistas con mayor frecuencia. De hecho, un estudio de 2016 señaló que un motivo por el que ellos son menos respetuosos con el medioambiente es porque perciben su defensa como una actitud femenina.

“Muchos ven a Greta como una evangelizadora que te dice cómo tienes que vivir tú, un señor de 40 años de un país desarrollado, y no habla de China o India, que tienen un crecimiento brutal en emisiones de CO2”, comenta Escrivà, que reflexiona: “¿De verdad pensamos que una niña tiene que dar todos los discursos para todas las cuestiones? Ya hace bastante con dar un toque de atención a los que vivimos en una sociedad occidental”.

Negacionistas y misóginos aparte, Escrivà considera que los 16 años de Greta suponen un choque generacional que puede ser contraproducente para transmitir su mensaje. “Me parece positivo revindicar el futuro, pero se les dice a los mayores que son culpables, cuando hay mucha gente que no lo es, y eso te galvaniza contra el mensaje. Una cosa es que dé lecciones a un rapero que va en avión privado y otra, que le diga qué hacer a gente cuya vida ya es difícil”.

La psicoterapeuta de la Universidad de Bath (Reino Unido) Caroline Hickman ha analizado por qué algunos adultos parecen rechazar a la juventud activista. “Muchos proyectan sus propios miedos y ansiedades en ella, y la rechazan de manera insconsciente como una forma de librarse de ellos”, dice.

Ncyt.-

compromiso ambiental Greta Thunberg

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