El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria, confía en que las reformas del Poder Judicial que postula el Gobierno se lograrán aprobar en el Congreso Nacional por el desprestigio que rodea a la oposición ante la evidencia de que se "armaban" causas contra funcionarios y dirigentes durante la gestión macrista.
"El 2021 es el año en que se cayeron las caretas", afirma este patagónico de 46 años que llegó al cargo en abril del año pasado luego de denunciar las reuniones de jueces y fiscales afines a gobierno de Cambiemos, tanto en la residencia presidencial de Olivos como en los despachos de la Casa Rosada.
Soria recibe a Télam en el quinto piso del Ministerio, sin colaboradores, con saco y corbata, un equipo de mate sobre el escritorio y una pila de apuntes que prueban, según considera, el mal desempeño de la Corte Suprema y el Ministerio Público Fiscal, dos instituciones clave y pilares en el sistema de justicia.
El diálogo forma parte de la serie de entrevistas de esta agencia con los miembros del Gabinete Nacional para trazar un balance de gestión y fijar las metas para el 2022.
-Télam: A menos de un año de haber asumido en el Ministerio de Justicia, ¿qué balance hace de su gestión?
-Martín Soria: Muy positivo. La verdad es que es muy diferente a todos los lugares en los que la política me llevó. Muy diferente a ser legislador provincial, a ser jefe comunal, intendente dos períodos o ser diputado nacional. Ser ministro de la Nación es toda una responsabilidad en un momento en que la justicia argentina, como siempre digo, está en un punto de inflexión. Lo dijo el presidente Alberto Fernández el día que asumió, cuando hablaba de esa justicia que actuaba de acuerdo a los vientos políticos de turno o desde los sótanos de la democracia. Parecía una premonición, en aquel diciembre de 2019 cuando asumía Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, de todo aquello que vimos el año pasado. El 2021 fue el año de la comprobación de muchas de las cosas de las que hablaban Alberto y Cristina durante el período 2015-2019.
-T: ¿Qué agenda tiene el Gobierno para este punto de inflexión en la Justicia?
-MS: 2021 fue el año de la comprobación, de las pruebas. Todos sabíamos que existía una mesa judicial que estaba integrada por la pata mediática, los funcionarios de Mauricio Macri y una parte de la justicia. Jueces, fiscales y camaristas que entraban y salían a escondidas de la Casa Rosada y Olivos. Este va a ser el año de las grandes reformas, lo digo porque en el 2021, además de ser la continuidad de ese 2020 en el que irrumpió la pandemia a nivel global y trastocó todos los planes de nuestro gobierno, se sumó un factor político que fueron las elecciones legislativas. Todos sabemos que en las elecciones legislativas es muy difícil alcanzar los consensos y generar debates para lograr reformas estructurales profundas. En el caso de la justicia argentina estamos en el punto de inflexión. Nunca antes tuvimos las pruebas de cómo sumergieron en este desprestigio institucional a la justicia a partir de 2015, con la llegada de Mauricio Macri al poder. Tenemos todos los procesos de reforma que los ha anunciado el Presidente y en los que estamos trabajando: Ministerio Público Fiscal, batimos un récord con un procurador interino que ha estado tanto tiempo, estamos hablando del jefe de los fiscales. Además, tenemos la reforma que ha anunciado el Presidente acerca del funcionamiento de la Corte Suprema. El Presidente ha sido muy claro, contundente, sobre la necesidad de darnos el debate del funcionamiento de la Corte, que tiene una estructura de más de 150 años y siempre igual.
Es tiempo de sacar, mejorar, aggiornar la cúpula, la cumbre del Poder Judicial. No olvidemos que la mesa judicial de Mauricio Macri arranca, creo yo, con una de las degradaciones institucionales más graves que tuvo la democracia argentina que fue, nada más ni nada menos al comienzo de su gobierno, cuando por decreto -nunca antes un presidente de la democracia se animó a tanto- designa en comisión dos jueces de la Corte. Nunca antes visto. Esa mancha, que hoy lleva la Corte Suprema, nos merece, como dice el Presidente, un debate profundo acerca de qué justicia queremos. Esta justicia comandada desde Olivos y la Rosada o cruzada por el espionaje ilegal; o una justicia con jueces probos, independientes, imparciales, ese es el debate de fondo: qué Justicia queremos. Y en eso, el Presidente ha sido muy claro.
Fuente: Télam.