En 2022, la Organización Mundial del Comercio (OMC) alcanzó el Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca, que establece nuevas normas para reducir las subvenciones perjudiciales y así proteger las poblaciones mundiales de peces, constató AIM en un informe del Círculo de Políticas Ambientales.
La pesca que realizan muchas flotas de aguas distantes ocupa un lugar cada vez más importante en la agenda internacional debido a su impacto en las pesquerías y en la biodiversidad, a la contaminación, a las condiciones laborales de tripulantes y a sus vínculos con el crimen.
Argentina, y otros países de la región, son afectados directamente por los impactos negativos causados por las subvenciones a la pesca destructiva. Sin embargo, el país aún no ha ratificado el Acuerdo que entrará en vigor cuando dos terceras partes de los Miembros de la OMC depositen su “instrumento de aceptación”.
Hasta el momento ya lo han ratificado 11 Estados: Belice, Canadá, China, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos de Norteamérica, Islandia, Nigeria, Seychelles, Singapur, Suiza y la Unión Europea.
La Argentina no ha iniciado aún su procedimiento interno de aceptación. El Acuerdo debe ser aprobado primero por el Congreso de la Nación y luego ratificado por el Poder Ejecutivo. A la fecha, el gobierno nacional no ha enviado al parlamento un proyecto de ley para su tratamiento; sin embargo, existe una iniciativa presentada por legisladores en la Cámara de Diputados que busca iniciar el procedimiento para que la Argentina se sume a los 11 miembros que ya son parte del Acuerdo y, de esta forma, contribuya a su inmediata entrada en vigor.
Los subsidios de las naciones más desarrolladas a la pesca destructiva impactan en los países más pobres. En 2018, los diez principales proveedores de subvenciones pesqueras perjudiciales destinaron a ello unos 15.400 millones de dólares en total (el 69 por ciento del gasto mundial en subvenciones perjudiciales a la pesca).
Más de 5.300 millones de dólares fueron destinados a subsidios para flotas que pescan en las aguas de otras 116 naciones. Muchos países reciben en sus aguas flotas pesqueras extranjeras altamente subvencionadas, y lo hacen a través de acuerdos pesqueros o directamente sin su consentimiento, cuando estos buques realizan pesca ilegal en sus aguas territoriales. De hecho, una gran proporción de las subvenciones pesqueras mundiales pueden estar transfiriendo los riesgos de la sobrepesca de unas naciones a otras y a la alta mar — las aguas que quedan fuera de toda jurisdicción nacional.
Al establecer prohibiciones a las subvenciones a la pesca ilegal y no reglamentada, el Acuerdo alcanzado en el marco de la OMC constituye un instrumento en la lucha mundial contra este tipo de pesca.
Al mismo tiempo, al prohibir las subvenciones a la pesca de poblaciones sobreexplotadas, el establece medidas de protección importantes en los casos en que las medidas de ordenación no son eficaces. Al prohibir las subvenciones a la pesca en las zonas no reguladas de alta mar, el Acuerdo establece también medidas de protección importantes cuando no existen medidas de ordenación, por lo que tendrá impacto directo sobre el financiamiento de las actividades de pesca ilegal que se realizan en el Atlántico Sudoccidental.
Cabe destacar que el Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca es la primera meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se cumple plenamente (ODS 14: Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos; Meta 14.6) y la primera que se cumple mediante un acuerdo multilateral (OMC). Por otro lado, este es el primer acuerdo de la OMC que se centra en la materia ambiental, y el segundo acuerdo alcanzado en la OMC desde su creación.
El Acuerdo, que es un avance fundamental para preservar el océano de la sobrepesca y sobrecapacidad pesquera y proteger a las economías regionales, ha demorado mucho tiempo en su aprobación, y algunas de sus medidas no alcanzan a las expectativas que motivaron todo el proceso. No obstante, sus alcances pueden ser modificados en el futuro, por lo que su entrada en vigor no será la conclusión del proceso, sino un paso inicial fundamental del mismo.
Argentina y Latinoamérica deben ser protagonistas de esa etapa. Argentina, junto a los países de la región, son afectados directamente por los impactos negativos causados por las subvenciones a la pesca destructiva, por lo que debería estar a la vanguardia en la ratificación del Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca de la OMC.