Comienza el juicio contra delitos de Lesa Humanidad en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Juan Bautista Echeverría, víctima de privación ilegal de la libertad y tormento agravado, dijo a AIM: “Queremos justicia, no hay nada de venganza o desquite. Es necesario que personas que son capaces de hacer lo que hicieron estén en cárceles comunes”.
El 6 de noviembre en el Tribunal Oral Federal de Concepción del Uruguay comenzará el juicio al genocida Julio César Rodríguez, conocido como Moscardón Verde, por delitos de lesa humanidad contra militantes del Partido Comunista. El debate se realizará finalmente después de haberse dilatado por mucho tiempo. Las audiencias tendrán inicio el miércoles a las 10 en la sede del tribunal de C. del U., Supremo Entrerriano 67, y continuarán el 7, 19 y 20 a la misma hora.
En la causa se investigan y juzgan distintos delitos de lesa humanidad contra tres víctimas. Los imputados son el militar José Luis Palacios, recientemente fallecido, y el ex policía de la Federal Julio César Rodríguez, llamado también Moscardón Verde, condenado en la Megacausa Harguindeguy.
Las víctimas de privación ilegal de la libertad y tormento agravado son los militantes comunistas Carlos Stur, Juan Bautista Echeverría y Eladio Bochatay. También fueron damnificados por los hechos que se investigan, entre otros, Raúl Impini, Jorge Impini, Roberto Montesino, Mirta Bochatay, Berta Muñoz y dos hijos del matrimonio (Daniel y Gabriela), Rodolfo Saldarelli y Raúl Jáuregui.
Cabe señalar que, en los procesos previos, otros responsables fueron apartados de la causa por cuestiones de salud, lo que está siendo revisado por la Cámara Federal de Casación Penal. Los mismos son Roberto Caserotto y el exgendarme Gómez del Junco.
“En 1978, durante la dictadura cívico militar, los integrantes del PC fuimos muy reprimidos en Concepción. Fuimos muchas veces presos; nos largaban y secuestraban. Tuvimos varías caídas pero hay una que es principal y es cuando nos secuestraron del balneario Banco Pelay, nos llevaron vendados, nos torturaron con picanas y nos golpearon. Actuaron en todas esas operaciones algunos miembros de las fuerzas armadas y de seguridad que reconocimos y hoy van a juicio”, contó a esta Agencia Echeverría. En ese marco, precisó: “A nosotros nos ocurrieron estas cosas de mayo a enero o febrero de 1978 y lo denunciamos inmediatamente pero se durmió la causa y todo fue cajoneado y con el gobierno de Néstor Kirchner se retomaron estas cuestiones y comenzaron a aparecer y en este nuevo Juzgado que se creó se estableció que se va a hacer el juicio”.
Al respecto, el militante del PC indicó que lo que esperan es “justicia; no hay nada de venganza o desquite. Simplemente, es necesario entender que estas personas son muy peligrosos porque disfrutaban y gozaban cuando mis compañeros eran sometidos a la torturas, por lo que deben estar en cárceles comunes y no con prisión domiciliaria”.
“No más liberalismo, ni con dictaduras ni sin”
La persecución, tortura y desaparición de militantes y dirigentes sociales, sindicales y estudiantiles fue una política de Estado en base a la escuela de lasAméricas en Argentina durante la dictadura cívico-militar-clerical. En ese sentido, Echeverría explicó que lo siniestro de los genocidas y sus aliados durante esos oscuros años fue movido por la ideología capitalista: “La gente tiene que saber y entender que estos represores actuaron porque alguien les dio poder para que actúen y puedan dar rienda suelta a sus instintos y disfrutar con el sufrimiento de otros seres humanos. Ese poder se los dio la oligarquía, ese sector minúsculo de la sociedad, que concentra las grandes fortunas y para poder seguir incrementando su capital necesita hambrear al pueblo y para eso hay que reprimirlo”.
“Me gustaría poder llegar a la gente para que entiendan que cuando se habla de mercado o de liberalismo, entiendan que todos estos sectores que lo impusieron estas torturas y represión defendían ese sistema del gran capital financiero, internacional, que en Argentina tiene sus socios y con ese dinero impusieron las dictaduras militares”, subrayó. En ese sentido, sentenció que “no tiene que haber más dictaduras militares ni liberalismo”.