Las enfermedades respiratorias pusieron en jaque el sistema sanitario entrerriano, denunciaron a AIM trabajadores de salud. El principal nosocomio de la capital no posee camas, tiene equipos insuficientes y no posee personal para atender la demanda.
Las infecciones respiratorias (gripe A, neumonía, tuberculosis y broncoespasmos) pusieron en evidencia la falta de inversión en el sistema público de salud.
El delicado diagnóstico se observa crudamente en el principal hospital de Entre Ríos: el San Martín. Las guardias están saturadas y el malestar de los trabajadores crece en el nosocomio. Es que la afluencia de gente se suma diariamente por el “rechazo conformado” que realizan las clínicas y centros de salud a usuarios del Pami y otras obras sociales.
“No damos más, hacemos lo que podemos”, dijo una enfermera a un paciente recién ingresado, quien aguardaba una cama junto a otros en uno de los pasillos agolpados de gente. “Estamos desbordados y los pacientes intolerantes se ponen agresivos”, contaron a esta Agencia.
“Las enfermedades respiratorias, que están a la orden del día por la época del año, ponen en evidencia que a nadie le importa la salud pública”, lamentó un trabajador del hospital.
En ese sentido, precisó que “son muy pocas las bocas de oxigeno que hay (relativamente nuevas) , por lo que hay déficit de bocas de oxigeno; el hospital tiene cinco BNI (un motor que da oxigeno permanente al paciente con un sellado herméticos) que tiene los sujetadores rotos, por lo que están prácticamente están inutilizables; no hay para entubar a los pacientes y no hay respiradores, por lo que el miércoles hubo que descomplejizar algunos pacientes para complejizar otros y realizar traspaso de camillas”.
Además, “la mayoría de los residente (AR1) renunciaron y no hay médicos clínicos, por lo que hay días que los médicos de la guardia deben solucionar los problemas de todo el hospital”.
Asimismo, “no hay camas en el hospital, por lo que tenemos que hacer magia. Al no haber camas no hay recambio de gente, por lo que ayer, en la Guardia, había una gran cantidad de personas y los enfermeros, médicos y radiólogos que estamos trabajando no damos abasto y, realmente, a nadie le importa”.