Juntos por el Cambio enfrenta sus horas más difíciles. Cuando restan cinco días para el cierre de alianzas electorales, el principal conglomerado opositor busca enviar señales de distensión y disipar el riesgo de ruptura con vistas a los próximos comicios. Los jefes del espacio saben que se asoman al abismo si no redoblan los esfuerzos para disimular las diferencias y evitar una fractura formal.
Tras el pacto que cerraron este jueves Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich para avalar la incorporación de José Luis Espert, se trabaron las tratativas para sumar al gobernador peronista Juan Schiaretti a la coalición que integran el Pro, la UCR, la Coalición Cívica y Encuentro Republicano Federal, de Miguel Ángel Pichetto.
El acuerdo que tejieron en secreto Larreta y Morales con Schiaretti se cae, sobre todo, por la insistencia del mandatario cordobés de construir un “frente de frentes”, lo que implicaría inscribir de manera formal a su partido dentro del conglomerado opositor o armar una nueva alianza. Si bien mantiene en pie su idea de ampliar la base de sustentación de la fuerza con los ingresos de sectores del PJ no kirchnerista, Larreta no está dispuesto a forzar la situación ni allanar el camino para una ruptura de JxC, aunque aún contempla distintas alternativas para integrar al gobernador peronista.
La fecha de las elecciones en Córdoba -se vota el 25 de junio, horas después del cierre de listas nacionales- complicó aún más las chances de encontrar una ingeniería que permita llevar a la práctica el plan de confluir antes del próximo miércoles, cuando termina el plazo para inscribir las alianzas. En el larretismo estiman que impulsar un replanteo de la coalición a esta altura -en un espacio sin un liderazgo claro- podría implicar un costo excesivo.
“La unidad está garantizada y sellada, porque es la única manera de sacar a este país adelante”, remarcó este jueves Larreta tras una recorrida por Mendoza, donde se mostró con el radical Alfredo Cornejo en la antesala de las elecciones primarias en esa provincia del próximo domingo. Allí, a Cornejo lo desafía Omar De Marchi, exarmador de Larreta.
Después de que reforzara la presión para que Bullrich aceptara la inclusión de Espert, una propuesta apalancada por Larreta y que fue resistida por Mauricio Macri y la exministra, el jefe de gobierno porteño levantó el pie del acelerador y puso en pausa el pacto con Schiaretti para evitar un mayor desgaste. Es que Bullrich y Macri lo acusaron de poner en crisis a JxC y promover una ruptura con esa jugada. Por eso, no quiere pagar un costo excesivo después de lograr desbloquear el ingreso de Espert.
Es más, al darle la bienvenida al economista y líder de Avanza Libertad, Bullrich le hizo una advertencia a su principal contrincante en la interna presidencial de JxC: ratificó que no está dispuesta aceptar una alianza con Schiaretti. Así, pretendió obturar el pacto de Larreta y Morales con Schiaretti hasta después de las Paso. Macri, en tanto, vincula la maniobra de Larreta con una especulación electoral para sacudir el tablero e impedir que Bullrich le saque ventaja en los sondeos. “Es desesperación”, grafican.
En el entorno de Larreta insisten en que la postergación del debate sobre un acuerdo con Schiaretti, ya sea para compartir el frente o arrimarlo a su tropa para incluirlo en una eventual Gabinete, no implica un retroceso. Lo mismo dicen en la Coalición Cívica y la fuerza de Miguel Ángel Pichetto. El tema podría reflotarse después de las elecciones en Córdoba. El enérgico repudio de Luis Juez, retador de Martín Llaryora, delfín de Schiaretti en Córdoba, y las duras críticas que le dedicaron Rodrigo de Loredo o la UCR local a la jugada de Larreta y Morales los obligó a recalcular. “El límite es la ruptura. Ya quedó plantado el tema, no se puede tensar tanto la cuerda”, remarcan en el comando de campaña de Larreta.
El sector de Morales y Martín Lousteau planea llevar la discusión a la Convención Nacional de la UCR en Parque Norte, este lunes. Allegados al jefe del radicalismo y el senador insisten en que la coalición opositora debe ampliarse para enfrentar al kirchnerismo y a Javier Milei en los próximos comicios y darle gobernabilidad a un eventual gobierno de JxC. Por esa razón, si consiguen el aval de los convencionales a la propuesta para ensanchar al bloque opositor, planean hacer un último intento para presionar a Macri y Bullrich y forzar un entendimiento con Schiaretti. Es una carrera contra reloj, ya que después de la convención quedarán apenas 48 horas para el cierre de alianzas.
En la tropa de Schiaretti admiten que se enfriaron las tratativas. Si bien habían avanzado con la discusión de un acuerdo programático con Larreta y Morales con propuestas para sortear la crisis económica, entienden que el jefe porteño no logrará destrabar el rechazo del ala dura de Pro a conformar un “frente de frentes”. A su vez, visualizan que la Convención Nacional de la UCR comprometió los tiempos de Morales. Schiaretti insiste en que promueve la construcción de una nueva alianza política que apueste a la reconciliación y lograr un gobierno de coalición transversal. Dicho de otro modo: no se afiliará al Pro para ser candidato. Quiere inscribir su espacio en un nuevo frente e integrar listas con alfiles propios. Por esa razón, se evaluó cambiar el nombre de JxC.
“Haremos nuestro frente y Schiaretti será candidato. Ellos nos vinieron a buscar”, sostienen en el búnker del gobernador de Córdoba. No clausuran las posibilidades de un acuerdo, pero admiten que es difícil que prospere antes del cierre de alianzas.
Schiaretti aseguró hoy que la decisión final está del lado del grupo de dirigentes de JxC que lo sondearon con la intención explorar una alianza. Aclaró que lo fueron a buscar y que él lo promovió el acercamiento. “Yo había propuesto hace dos meses la necesidad de que Argentina tenga un gobierno de unidad nacional para superar tantos años de decadencia y de atraso. Ellos me llamaron y me dijeron ‘nosotros queremos ver la posibilidad de que hagamos un acuerdo, tengamos un programa en común y ver si podemos ir juntos a las elecciones’”, remarcó Schiaretti en diálogo con el canal El Doce.
En las filas del larretismo evalúan otros mecanismos para seducir al “Gringo” y convencerlo de que apuntale el proyecto presidencial de Larreta. Está claro que les interesa el aporte que les puede dar el peronismo no kirchenrista en Córdoba, donde Larreta corre desde atrás a Bullrich, y en un eventual gobierno. Piensan en los legisladores nacionales que controla Schiaretti y el volumen político que le daría a la escudería larretista.
El desembarco de Espert ayudó a descomprimir la situación temporalmente. De hecho, los jefes partidarios de la mesa de conducción de JxC se alistaban durante la noche del jueves para presentarlo de manera formal durante una conferencia de prensa prevista para este viernes. Allí estarán Morales (UCR), Maximiliano Ferraro (CC) y Pichetto (Encuentro Republicano Federal). “El que rompe, pierde”, dicen en la cúpula opositora.
Fuente: LN