El gobernador de Santa Fe y el intendente de Rosario fueron invitados por la familia de Joaquín Pérez al pedido de Justicia pero fueron corridos por la multitud; "La violencia fue lo que mató a mi hermano", recordó Leandro, hermano de la víctima.
El gobernador santafesino Omar Perotti y el intendente de Rosario, Pablo Javkin, participaron de la marcha por la inseguridad en Rosario y fueron sacados a empujones por los manifestantes.
Si bien la familia del arquitecto asesinado hace una semana, hizo partícipes de la manifestación a los funcionarios, no pudieron permanecer dado que las personas encargadas de la seguridad del gobernador y el intendente los escoltaron hasta un auto que los sacó del tumulto irascible.
“Javkin, basta de narcos en Rosario”, dijo uno de los casi diez mil asistentes a la marcha en el Monumento a la Bandera por Joaquín Pérez, el arquitecto que fue asesinado la semana pasada. “Asesinos” y “Qué se vayan” fueron las expresiones más suaves que se escucharon en una noche plagada de indignación.
La manifestación, estimada en más de 10.000 personas durante la noche del miércoles, tuvo como eje la protesta para reclamar seguridad y repudiar el crimen de Joaquín Pérez, el arquitecto de 34 años que fue asesinado el martes de la semana pasada por dos hombres que le dispararon cuando le robaron su automóvil, un Renault Clio.
“Somos más los buenos que los malos, que los políticos se den cuenta de que la gente está cansada”, dijo Leandro, hermano de la víctima y principal organizador de la congregación en el Monumento a la Bandera.
En la misma línea, Leandro agradeció que “ambos hayan puesto la cara. Queríamos un acto pacífico. Entiendo la bronca de la gente, pero no estoy de acuerdo con los insultos. Lo único que hice es intentar que la gente no genere violencia".
"La violencia fue lo que mató a mi hermano. La violencia es lo que está atravesando la ciudad y nos está matando a todos”, sostuvo en medio del tumulto enardecido ante la presencia de los funcionarios.
La bronca e impotencia de las personas ante la ola de inseguridad que ya se cobró la vida de 194 personas en lo que va del año, fue contundente ante la aparición de las figuras públicas.
Tanto que la multitud corrió al gobernador hasta que subió a un vehículo frente a la Municipalidad y se alejó de la manifestación. De la misma manera aconteció con el intendente rosarino.
“A qué vinieron estos tipos, esta es una convocatoria ciudadana, no política”, dijo una señora con una pancarta que pedía Justicia por Joaquín. “La política está bancada por el narco, unos están con los Monos, otros con Alvarado”, agregaba un señor exaltado. “Rosario está dominada por bandas narcos, hagan algo”, insistía otro.
El crimen de Joaquín
Joaquín Pérez, arquitecto y padre de una niña de 2 años, salía de su casa situada en Juan B. Justo 1771 para guardar el auto en una cochera ubicada a la vuelta, cuando alrededor de las 23 del martes fue interceptado por dos hombres en moto que le dispararon a quemarropa, luego de robarse el vehículo.
Si bien Pérez logró llegar a su casa para pedir ayuda a su esposa, murió a las pocas horas producto de los disparos.