Productores de las cooperativas Agrícola, Ganadera y de Servicios Públicos Aranguren Limitada (Coopar), y El Progreso, de Nogoyá, denunciaron a AIM que el estado de la red vial en el departamento es deplorable, y advirtieron que la vida de los ciudadanos rurales está en riesgo, ya que “ante cualquier enfermedad o accidente, por el estado de los caminos, nadie tiene la posibilidad de salir”. El ingeniero Agrónomo Marcos Cavagna lamentó que “la situación de abandono a la que nos somete el Estado, fomente además, el desarraigo rural”. Si bien el déficit de infraestructura vial es de larga data, continúa relegado de la agenda pública.
En diálogo con esta Agencia, Cavagna, ingeniero de la Cooperativa El Progreso, señaló que, como consecuencia de El Niño, “la situación es compleja”, y aclaró que “si bien la lluvia ha hecho lo suyo, la situación actual de los caminos en el departamento Nogoyá es consecuencia del abandono y la desidia a la que durante años nos sometió el Estado”.
El ingeniero denunció que “en los caminos primarios algún trabajo se ha hecho, pero no en los secundarios, lo que trae como consecuencia que muchas familias hayan quedado aisladas y les cueste mucho salir. Ante cualquier accidente de trabajo u otra situación critica, se hace muy difícil llegar al centro poblacional para recibir asistencia; lo mismo ocurre con los chicos que deben ir a la escuela, que no tienen posibilidad de concurrir porque los caminos están intransitables”.
El profesional explicó que lo que evalúan desde las cooperativas es “qué se puede hacer o cómo podemos colaborar para solucionar esta situación, porque lo que primero pensamos los dirigentes es que todos queremos que los ciudadanos rurales sigan viviendo en el campo, pero que tengan las cuestiones básicas cubiertas, porque, de lo contrario, se propicia el desarraigo. ¿Quién quiere quedarse si no tiene las condiciones mínimas de habitabilidad?”, preguntó.
Abandono del Estado
Cavagna reclamó al Gobierno políticas en cuestiones puntuales como la estructura vial, la fiscal, o las reglamentaciones en medio ambiente y las cuestiones sanitarias. “En el departamento hay badenes por los que ya no se puede pasar, o los puentes de Don Cristóbal, para los cuales reclamamos soluciones urgentes desde hace 18 años, más allá de los anuncios que desde el Estado se han realizado recientemente”.
La realidad muestra la falta mantenimiento de la red vial, y, particularmente, “de todos los pasos complicados”. Cavagna aclaró que los productores no pretenden “ni más ni menos de lo que necesita cualquier persona para vivir en condiciones dignas, pero si vivimos en el campo, es tener la red vial en condiciones para entrar y salir, más allá de la circunstancia de las lluvias, porque eso también nos lleva a la salud y a la educación. Las herramientas deben estar, porque lo que le corresponde a un productor, por ejemplo, que es cumplir con los tributos como pide el Gobierno, lo hace, por lo que debería tener una vuelta y verse reflejado en el campo, cosa que no sucede”, se quejó.
Teléfono para la Vialidad
Cavagna reclamó a la Dirección Provincial de Vialidad (DPV) que dé solución a una problemática que se agravó con las grandes lluvias que trajo El Niño, pero que según indicó, existe desde antes. “No puede ser que si están las máquinas, solo trabajen ocho horas y se vayan, cuando se sabe bien que estamos en una emergencia. La desidia que prima hace que los productores se cansen y desistan de seguir adelante después de reclamar y reclamar y no tener ninguna respuesta”, fustigó.
El desarraigo, a la vuelta de la esquina
Cavagna explicó que el norte del departamento Nogoyá, donde se están afincados los productores chicos, y donde además, hay gran cantidad de tambos, “está completamente abandonado, a pesar que es una zona que le deja gran rentabilidad al Gobierno. Muchos de esos ciudadanos rurales decidieron irse a vivir al pueblo, porque no tiene cubiertas las mínimas cuestiones de habitabilidad, de salud y de educación. Eso es lo que duele, porque uno lo que menos quiere es que tengan que migrar al pueblo. ¿A hacer qué?, nos preguntamos. La respuesta es simple, porque el sentido común nos dice que si ese productor no tiene las mínimas garantías ni para él ni para su familia, migrará en busca de esas garantías”. Para el ingeniero, “garantizar las condiciones de vida a los pobladores rurales, implica seguir generando riqueza para la provincia”.
Con el trigo, agua hasta el cuello
¿Cuál es la pérdida que los productores enfrentan por no tener caminos rurales en buen estado? El problema principal, cuando no se transporta, es el aumento de los costos logísticos que resultan impredecibles cuando el movimiento de la producción se para, porque no se puede cuantificar cuando un camión se encaja, rompe o permanece demorado horas y hasta días porque quedan intransitables los caminos de acceso a un tambo o planta productora.
Ante la situación actual, el profesional explicó que “todavía está sin posibilidades de salir gran parte de la cosecha de trigo, que fue muy buena, lo que es hoy la gran preocupación de las cooperativas y de los productores. Si un equipo cargado no puede salir por el estado en que están las redes viales, y debe hacerlo con menor carga, eso implica mayores costos. La calidad de los caminos rurales es un requisito indispensable para una política de generación de riqueza para la provincia y el país, y la mejora efectiva de la competitividad global de la economía provincial. La producción de toneladas de cereales, en general se continúa operando como si se estuviéramos a mitad del siglo pasado, porque el Estado no brinda al sector agropecuario las herramientas que éste necesita para producir como se debe”, fustigó.
De la Redacción de AIM.
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