El 21 de mayo de 1813, la Asamblea General Constituyente, conocida como Asamblea del Año XIII, declaró abolidos los títulos nobiliarios y el uso de tormentos, que provenían de la colonia española.
Con la firma del presidente Juan Larrea y del secretario Hipólito Vieytes, la asamblea ordenó "la prohibición del detestable uso de los tormentos, adoptados por una tirana legislación para el esclarecimiento de la verdad e investigación de los crímenes; en cuya virtud serán inutilizados en la plaza mayor por mano del verdugo, antes del feliz día 25 de mayo, los instrumentos destinados a este efecto".
En el mismo documento, la asamblea dispuso abolir los títulos de nobleza "de condes, barones y marqueses, mayorazgos y vinculados; escudos de armas, jeroglíficos y distintivos de nobleza en las fachadas de las casas".