El Programa Universitario de Prácticas Integrales en Cárceles (Pupic) de la Universidad Nacional de Entre Ríos -integrado por equipos extensionistas de las Facultades de Trabajo Social (FTS) y la de Ciencias de la Educación (Fcedu)- finalizó el primer año de trabajo. Los cierres-impregnados de celebración- estuvieron protagonizado por las muestras de los Talleres de Teatro 2018 que incursionaron en el lenguaje teatral y su dimensión comunicativa, informaron a AIM.
En la UP Nº1 (varones), el marco fue la emisión número doce de la Radio Abierta Chamuyo FM (organizada por el Área de Comunicación Comunitaria de la Fcedu de la que participaron las familias y gran parte de la población. En la UP Nº6 Femenina, las teatristaseligieron llevar adelante una “clase abierta”, de la que participaron invitadas e invitados que fueron -directa o indirectamente- parte del proceso de trabajo.
Teatro y comunicación
Durante 2018 se llevaron adelante dos talleres de teatro -en ambas Unidades Penales- coordinados por la profesora Paula Righelato. En la Unidad Penal 1 se desarrolló el Taller de Teatro y Radio Nivel II, ya que el año pasado tuvo lugar la primera experiencia orientada al radioteatro. En tanto queen la Unidad Penal 6 se logró sostener el taller que ellas mismas dieron en llamar “Diverchiques”, del que resultaron algunas escenas breves, exhibidas en una clase abierta.
Llevar adelante un dispositivo de educación y comunicación comunitaria en estos contextos es la tarea propuesta por los estudiantes y docentes extensionistas, siguiendo un proceso de formación en la acción. Según la docente coordinadora de los talleres,
“crecemos y vivimos en un contexto que propone la homogenización de los cuerpos, los movimientos y el pensamiento. Debemos acomodarnos a las estructuras;los límitesrespecto decómo comportarnos socialmente endurecen nuestros músculos y expresiones, nuestras emociones y sentires. El contexto de encierro es certero en esta práctica: allí no se corre, no se grita, no se mira a los ojos; no se construyen relaciones amistosas, no se camina libremente, y a veces, no se ve el cielo por muchos días. Cuerpos rígidos…”
Este tipo de actividades en el contexto de encierro resisten -por unas horas- las lógicas disciplinantes y la tensión propia de un lugar hostil.
“Acá nos sentimos liberados, tranquilos. Porque cuando volvemos al pabellón, volvemos a pensar en que lo primero que tenemos que cuidar es nuestra vida”,comenta uno de los participantes en una de las charlas previas al taller.
Las dinámicas del teatro comunitario circulan alrededor del juego, la confianza y el trabajo compartido. En ese proceso de reconocimiento del otro u otra, van emergiendo experiencias guardadas en lo profundo, las risas y los llantos, los buenos y malos momentos. Así, se fueron escribiendo las páginas que terminaron en “Bar El Quitapenas”, estrenada en la Radio Abierta Chamuyo FM.
Por otra parte, en el taller de las “Diverchiques”, se conformó un grupo constituido por un vínculo de mucha confianza, dispuesto para el juego, las risas y las charlas extensas.
“En este espacio me sentí libre, porque a mí me gusta actuar. Cuando me avisaban ‘¡taller de teatro!’, corría para acá” relata una de las participantes que se lució todo el año con sus dones histriónicos.
Los lunes a la siesta retumbaban las paredes del pequeño espacio con las carcajadas, las canciones improvisadas, los bailes tradicionales y aquellos que quiebran cadera hasta abajo. Cabe señalar que entre las“Diverchiques” se encuentran una joven madre y su niño de dos años, el participante más pequeño.
Ciclo Cultural
Alambrados, púas, rejas, puertas, portones, muros, pasadores de metal y muros de concreto es el paisaje estático de las unidades penales, junto a la presencia contundente de los agentes penitenciarios. Las familias que vienen de visita transitan las calles, callejones y pasillos en las horas de la tarde, mientras tanto nosotros también ingresamos a nuestros espacios de taller o funciones del Ciclo Cultural.
El equipo del Área de Comunicación Comunitaria (ACC) de la Facultad de Ciencias de la Educacióntrabaja hace trece años con talleres destinados a personas en situación de privación de la libertad en Paraná. Su objetivo es propiciar espacios creativos de comunicación; y viene organizando además un Ciclo Cultural que acerca expresiones artísticas a estos contextos, en pos de contribuir el acceso a la cultura de estas personas en condición de encierro punitivo.
De esta manera, una vez al mes, los salones comunes de las unidades penales se convierten en salas de teatro: escenografías, iluminación y música transforman el clima del encierro. Las funciones de teatro con reconocidos artistas locales y regionales interrumpen el paisaje habitual.
El públicosiempre respondió enérgicamente a las propuestas, dejando a los artistas conmovidos por el hecho de recibir un fervienteaplauso. De eso se trata cuando intervenimos en este tipo de contextos, la posibilidad de lo inesperado se vuelve productora de momentos transformadores. Cada función del Ciclo Cultural es la posibilidad también -para muchos- de asistir por primera vez a una función de teatro.
Concluyó así el primer año de PUPIC, un programa que fue abonando una red de esfuerzos conjuntos, articulaciones con otras instituciones, financiamientos varios y, sobre todo, una enorme voluntad y convicción de estudiantes, docentes y graduados de nuestra universidad.
El camino sigue ampliando los objetivos junto a otras unidades académicas de la UNER, iniciando un proceso que tiende a extender las acciones en otras Unidades Penales de la provincia, ya sea con dictado de cursos u otras iniciativas vinculadas a las funciones de extensión e investigación.
En suma, seguir fortaleciendo el trabajo de la universidad en la cárcel, una tarea posible y necesaria en la universidad pública e inclusiva que soñamos.