Una vez finalizada la cumbrel del G-20 el gobierno de Mauricio Macri avanzará en un viejo anhelo: cambiar el nombre del Centro Cultural Kirchner (CCK). En Casa Rosada ya acordaron con un grupo de diputados y senadores del oficialismo cinco lineamientos generales sobre la base de los cuales redacta un proyecto de ley que regule la competencia del Congreso para bautizar o rebautizar monumentos y edificios públicos nacionales.
Estos lineamientos son:
* Se fijarán criterios claros para los cambios de nombres.
* Deberán transcurrir al menos 20 años de la muerte de una personalidad pública para que pueda utilizarse su nombre en un paseo, edificio, plaza o calle y el nuevo nombre deberá tener un valor social e histórico indiscutible.
* El cambio de nombre podrá ser retroactivo a edificios que hayan sido bautizados en los últimos 15 años.
* Los personajes o hechos históricos con los cuales se denomine a esos espacios públicos deberán revestir el mayor grado simbólico de unidad nacional y no tender a la división de la ciudadanía.
* Los nuevos nombres siempre deberán tener control parlamentario.
La iniciativa prevé la constitución de una Comisión Bicameral para la Denominación de Bienes y Espacios Públicos y las decisiones se tomarán por mayoría.
No podrán usarse además nombres de autoridades nacionales, provinciales o municipales de dictaduras o que atentaran contra el orden constitucional y la democracia. Se prohibirán además denominaciones contrarias a los valores democráticos, a la paz y la concordia.