El presidente Alberto Fernández viajará a Jerusalén el próximo 23 de enero para participar del tributo internacional a las víctimas del Holocausto judío ejecutado por los nazis en los campos de concentración y exterminio que establecieron en Europa desde que Adolfo Hitler fue designado canciller de Alemania. La gestión la realizó el secretario general de Presidencia, Julio Vitobello, ante la embajadora de Israel en Argentina, Galit Ronen.
Se trata del primer viaje internacional de carácter oficial que encarará como jefe de Estado, cinco días después del aniversario de la muerte del fiscal Alberto Nisman y antes del encuentro previsto en el Vaticano con el papa Francisco.
El viaje de Fernández, que dejará a Cristina Kirchner de nuevo en el ejercicio de la presidencia de la Nación, rol que ocupó entre 2007 y 2015, se resolvió con el objetivo de demostrar que no hay diferencias ideológicas con el Estado de Israel después del cortocircuito diplomático causado por su eventual decisión de eliminar a Hezbollah como organización terrorista, incidente bilateral que quedó resuelto cuando se rectificó de manera pública al señalar que Hezbollah no sería retirada de la nómina oficial.
El 27 de enero de 1945, las tropas del ejército soviético abrieron las puertas del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau, una pieza clave de la maquinaria de exterminio que puso en marcha Adolfo Hitler para ejecutar la “solución final” contra los judíos.
La Uneso tomó la fecha como referencia histórica y estableció ese día como el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, que significó el asesinato de más de seis millones de judíos exterminados en cámaras de gas, en fusilamientos masivos o con un tiro en la nuca.
La ceremonia principal se realizará el 23 de enero, y ya confirmaron su presencia Vladimir Putin y Emmanuel Macron. Alberto Fernández viajaría con el canciller Felipe Solá y Sergio Uribarri, designado embajador en Israel. Carlos Menem fue el último presidente argentino que visitó oficialmente el Estado de Israel.
El mandatario llegará a Jerusalén tras los actos de homenaje al fiscal Nisman, asesinado –según la Justicia federal– tras haber denunciado a Cristina Kirchner por los delitos encubrimiento y traición a la patria, a raíz de la firma del Memorando con Irán. El Presidente niega la hipótesis del homicidio y se inclina por la posibilidad del suicidio, una alternativa que la pericia de la Gendarmería descartó de plano.
Cuando el premier Netanyahu estuvo en la Argentina, rindió homenaje a Nisman, aseguró que fue un asesinato, cuestionó el Memorando con Irán y reclamó justicia para las víctimas de los ataques terroristas a la Embajada de Israel y a la AMIA, que aún están impunes tras dos décadas de su ejecución en Buenos Aires.
Sobre la posibilidad de que Netanyahu reciba a Alberto Fernández, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, dijo este mediodía que “no está previsto que tenga reuniones bilaterales”, pero la Cancillería trabaja para lograr ese encuentro. Si la reunión se concreta, el presidente argentino tiene intenciones de explicar al líder israelí su concepto de diplomacia sin ideologías y su intención de profundizar las relaciones entre ambos países.
Será una visita oficial corta a Israel. Alberto Fernández regresará a Buenos Aires y preparará su gira europea que, hasta ahora, sólo tiene asegurada la audiencia con Francisco en el Vaticano. Se trata de una semana complicada para cerrar otras escalas diplomáticas: se corona el Brexit, y los líderes europeos tienen la atención puesta más en la continuidad de la UE que en la situación de Argentina y América Latina.