El 14 de noviembre de 1817, hace 201 años, fue fusilada públicamente en Bogotá a los 22 años Policarpa Salavarrieta, heroína de la independencia.
"Muero por defender los derechos de mi patria”, gritó repetidamente Policarpa Salavarrieta Ríos antes de morir fusilada en plaza pública a manos de los españoles.
La Pola es hoy el símbolo que representa la fuerza, decisión y valentía de la mujer colombiana.
Aunque muchas mujeres fueron asesinadas durante la ocupación española, el caso de La Pola se ha destacado en el imaginario y en la historia de Colombia, pues sus acciones fueron decisivas para la independencia de la naciente república.
"¡Pueblo indolente! ¡Cuán distinta sería hoy vuestra suerte si conocierais el precio de la libertad! Pero no es tarde. Ved que, mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más. ¡No olvidéis este ejemplo!"
Estas fueron las palabras que se le atribuyen a La Pola cuando estaba en el patíbulo a punto de morir fusilada acusada de traición a la patria durante el régimen del virrey Juan Sámano en la época de la Reconquista Española.
Ella fue llevada a la plaza para ser ajusticiada por el Consejo de Guerra, junto con otros compañeros condenados acusados de ser espías del ejército independentista.
Al subir al banquillo se le ordenó ponerse de espaldas por ser acusada de traición, pero Policarpa se negó y se puso de rodillas, pues para ella era una posición más digna de una mujer.
Se dice que La Pola se informaba en los cuarteles sobre los próximos movimientos de las tropas realistas, reorganizó la red femenina de informantes, envió datos oportunos para el movimiento de las tropas patriotas y escondió patriotas recién desertados o en peligro de ser apresados.