Sin Proyecto Educativo, sin acuerdo escolar de convivencia, sin supervisión y sin edificio propio ni ahora ni para el 2019, las familias de la Unidad Educativa N°6 Consejito, se preguntan quién vela por la educación de sus hijas e hijos, indicaron a AIM.
La Unidad Educativa N° 6 fue creada mediante resolución N° 650/94 con el objetivo de garantizar a los empleados administrativos y de servicios auxiliares del Consejo General de Educación (CGE), un espacio de cuidado, guarda y educación para sus hijos.
Por ese motivo, desde entonces y hasta hace algunos años, quienes se desempeñaban en las salas no se adherían a los paros, la situación ha cambiado en la práctica y en lo que va del año los niños y niñas han visto seriamente interrumpida su trayectoria escolar. Sin embargo, en el Sistema de la Administración de la Gestión Educativa (Sage), sus docentes no cuentan con ningún paro cargado. Este hecho en particular ha motivado una seguidilla de discusiones al interior de la comunidad, sobre todo entre las familias que se ven perjudicadas y no en relación al derecho de huelga que respetan, sino en la falta de transparencia en el manejo institucional que se hace evidente.
No es el único inconveniente que vislumbran los padres, a esto le añaden la total ausencia del proyecto educativo, la falta del Acuerdo Escolar de Convivencia e incluso la falta de certezas respecto de en qué instalaciones funcionarán durante 2019. Ya que a la fecha, una de las sedes deberá abandonar el alquiler y hasta el momento no hay ninguna novedad sobre el tema, según explicaron a esta Agencia.
Lo que está en juego, es ni más ni menos que la continuidad pedagógica de casi 100 pequeños entre los 45 días a los cinco años.
Todas las irregularidades de la Unidad, han sido informadas al director departamental de escuelas, Humberto Javier José, y la supervisora de zona, María Elena Erbetta, esperando algún tipo de seguimiento. Como tantas formas que tiene la espera, esta ha sido una más, ni siquiera se han dignado en observar que los pequeños duermen en el piso, en colchones gastados y corroídos junto a paredes carcomidas por la humedad y con caños a la vista. Empatía cero, rara cualidad para quienes ocupan cargos públicos.
No obstante los reclamos, las notas, las reuniones y los pedidos desesperados de las familias involucradas, nada parece conmover a los funcionarios. Ni siquiera el sumario administrativo firmado por la propia presidente del Consejo General de Educación, Marta Irazábal, y todos sus vocales -Gastón Etchepare, Marisa Mazza y Rita Nievas- que obra sobre la actual directora de Consejito, María del Carmen Monteverde, con fecha del 14 de septiembre de este año, donde entre otras cosas se le acusa de malversar los fondos de la cooperadora.
Así las cosas los padres se preguntan “porqué nadie se ha interesado por esta institución que además goza de un jugoso plantel con más de 30 cargos afectados a su funcionamiento; porqué todavía no tiene edificio propio. Bien le convendría al Estado en lugar de pagar alquileres exhorbitantes, destinar alguno de los tantos espacios libres que son propiedad del CGE y organizar la cuestión definitivamente. Hasta el momento, todo parece indicar que los bebés, los niños y niñas de Consejito tendrían garantizada una educación de segunda y pocas chances para hablar del tema, habidas cuentas son trabajadores del Estado a quienes ningún gremio interesa defender, mucho menos a sus críos”.