La creciente llegó a los campos bajos con la subida del río Uruguay que obligó a la salida de miles de animales que se encuentran en el departamento Islas del Ibicuy, fundamentalmente que cuenta con alrededor de 350.000 cabezas de las cuales unas 150.000 pertenecen a la zona de Villa Paranacito. También se ve seriamente afectado el departamento Gualeguay con sus campos bajos en donde se encuentran unos 50.000 vacunos. Estado de alerta en los campos que están en la zona del Paraná por el comportamiento del río del mismo nombre. Unos 600.000 ejemplares vacunos, en distintas categorías, se encontraban en zonas de islas.
El lunes, las aguas comenzaron a subir rápidamente y los propietarios de campos empezaron a reforzar los diques de contención y a pensar en sacar la hacienda. Lo mismo quienes arriendan campos en las islas. Es así que martes y miércoles el tránsito de camiones se tornó incesante cruzando desde la isla 9, frente a Villa Paranacito, con animales; también desde campos que se encuentran a la vera de la ruta. La lluvia del miércoles agravó la situación. El andar de los camiones en el ingreso a los embarcaderos se hizo muy difícil. Uno de los principales problemas que tienen los productores, sean propietarios o arrendatarios, es el de las embarcaciones que trasladan hacienda. En Paranacito, hay solo un barco para el movimiento de hacienda y en la mayoría de los establecimientos, los rodeos están en zona de islas y el único ingreso y egreso es por vía fluvial.
Tampoco se cuenta con un lugar adecuado en donde desembarcar la hacienda en tierra firme.
Matías Martiarena, vice de Federación Agraria Entre Ríos, recorrió la zona y habló con integrantes de la Cooperativa Agrícola de Productores del Delta y con productores.
El dirigente señaló que "hay que estar en la piel de los isleños para saber lo que se siente y cómo se afronta una situación de esta naturaleza. Un productor me comentaba que pasó prácticamente dos noches sin dormir y dos días mojados, a lomo de caballo sacando la hacienda a un campo más alto. En esas noches sin dormir, tuvo que salir a la una de la mañana a reforzar las defensas contra el agua, colocando sacos de arena. Ese ejemplo es el de tantos isleños que conviven con la crecida e inundación. Realmente la situación es compleja y desde la Federación Agraria trabajamos y ayudamos en todo lo que está a nuestro alcance y más para que los productores tengan lo que necesiten y las cosas salgan de la mejor manera posible”. Martiarena indicó que lo que “señalan los lugareños es que esta subida de las aguas es una cuestión del Río Uruguay, que puede pasar rápido, pero que se espera que pueda llegar agua de más arriba, razón por lo que hay que elaborar planes de contingencia”.
Sobre la ausencia de un espacio físico en Villa Paranacito para descargar la hacienda vía fluvial, señaló que “cuesta creer que en un lugar como este donde se registran inundaciones no se cuente con un espacio para desembarcar hacienda con instalaciones acorde a lo que es el lugar. Estamos trabajando para solucionar el problema”. Sobre la escasez de embarcaciones y los trámites burocráticos que hay que realizar para habilitar y adecuar embarcaciones en situaciones límites, señaló que “hay que agilizar todo para el empleo de nuevas embarcaciones, porque la realidad nos indica que hay una sola que puede llevar aproximadamente 100 cabezas”.
Por su parte, Silvia Bottges, presidente de la Cooperativa Agrícola de Productores del Delta destacó que “la situación es muy compleja con las sudestadas y crecidas que se han registrado en esta zona. Todos los productores ganaderos están cuidando su ganado, trabajando en la contención de los diques. Estamos trabajando para evacuar la mayor cantidad de ganado posible con la esperanza de que no continúe la crecida del Uruguay y a la espera de ver qué pasa con el Paraná. En esta zona, por Paranacito en el Sur Entrerriano, tenemos 150.000 cabezas que no es fácil evacuar; razón por la cual estamos trabajando en la logística con barcos y camiones, a la vez de emplazar un desembarcadero para los que llegan por vía fluvial”.
Fausto Mínguez, joven productor, contó que “el agua subió muy rápido lo que nos obligó a reforzar las defensas del dique y trasladar hacienda a campos muy altos. Fueron dos noches y dos días muy intensos. Casi sin parar. Durmiendo poco y nada porque cuando se dan estas situaciones el tiempo es vital. Seguramente dejaremos las vacas con cría y un número importante de nuestro rodeo irá a remate”.
El joven productor, como tantos otros, se moviliza a lomo de caballo para arrear la hacienda a lugares altos, encerrar los animales en corrales, y luego embarcarlos con destino a remate o bien a campos altos, Cabe destacar que es muy escasa la oferta de campos altos, dado que han sido destinados a agricultura y en menor escala a ganadería.