A veces, cuando experimentamos estados de gran intensidad emocional, es frecuente sufrir bloqueos mentales. El cerebro interrumpe determinados procesos como mecanismo de defensa.
El bloqueo mental por ansiedad es el que nos deja en blanco mientras hablamos. Se trata de ese fenómeno psicológico capaz de impedirnos que pensemos con claridad y tomemos decisiones. Dicho fallo en el razonamiento y la fluencia de pensamientos están mediados por un estado de gran intensidad emocional en el que el cerebro siente que ha llegado al límite.
A todos nos ha pasado alguna vez; es molesto y también preocupante. En muchos casos podemos sentir incluso cierta sensación de extrañeza ante lo que nos rodea, lo que se conoce como despersonalización. Un estado en el que de pronto nos sentimos separados de nuestra mente sin comprender muy bien qué sucede.
Esa interrupción en el procesamiento cerebral se relaciona de manera directa con los estados de estrés y ansiedad. No obstante, también se vincula a realidades psicológicas como la falta de autoestima e incluso a problemas médicos como la fibromialgia. Lo analizamos a continuación.
Bloqueo mental por ansiedad: definición y causas
Ser incapaz de pensar o recordar qué estábamos haciendo o diciendo... El bloqueo mental por ansiedad puede ser puntual o durar varios días. En estos últimos casos, la persona experimenta cierto enlentecimiento a la hora de pensar. Es como estar rodeado de cierta bruma mental en la que cuesta trabajar, decidir, ser creativos e incluso interaccionar socialmente.
Así, aunque bien es cierto que nos encontramos ante un fenómeno común, se vive de manera muy limitante. El bloqueo mental por ansiedad imposibilita seguir nuestros procesos o líneas de pensamiento, afectando de manera directa a la capacidad de reacción. Este fenómeno implica, por ejemplo, no poder resolver un examen, seguir con nuestra exposición oral en público o incluso recordar a dónde nos dirigimos mientras conducimos.
La siguiente pregunta que nos podemos hacer al respecto de este tema es: ¿son graves estas experiencias? Lo importante en todos los casos es conocer el origen. Aunque el desencadenante suele ser emocional (ansiedad), puede deberse también a un déficit nutricional (vitamina b12) a no dormir lo suficiente o como efecto secundario de un medicamento.
La ansiedad desadaptativa y su efecto en la cognición
La ansiedad es ahora mismo el estado que más nos sobrepasa y que hace que todo escape a nuestro control. Sin embargo, esta realidad psicológica forma parte inherente de nuestras vidas, cumple un fin y como tal es necesaria. Sin embargo, el problema reside en que no la manejamos de manera adecuada y se vuelve desadaptativa.
Trabajos de investigación, como los realizados en la Universidad de Maryland, indican que los trastornos de ansiedad tienen un gran impacto en la cognición (en los procesos de pensamiento). Así, cuando las emociones son muy intensas, y el cerebro actúa solo en modo supervivencia, es común que se sufran bloqueos mentales. Es un mecanismo de defensa ante toda esa sobrecarga de emociones.
Enlentecer el pensamiento es casi como ponernos en stand by. Es un mecanismo de defensa para reducir la carga emocional desmesurada. El desequilibrio entre los neurotransmisores es tan intenso que diversas regiones cerebrales empiezan a fallar. Las áreas más afectadas son las de la orientación espacial y la región prefrontal, que nos permite tomar decisiones.
El bloqueo mental por ansiedad motivados por factores de personalidad
La ansiedad es el resultado muchas veces de nuestro estilo de personalidad. Por ejemplo, las personas muy perfeccionistas sufren muchos bloqueos mentales por ansiedad. En su intento constante por cuidar cada detalle y buscar la infalibilidad es común que lleguen a extremos poco saludables.
Por otro lado, el síndrome del impostor, propiciado muchas veces por la baja autoestima, es otro desencadenante. Tener la sensación de no estar nunca a la altura, de no ser lo bastante buenos o competentes, lleva a la persona a situaciones de gran intensidad emocional en los que son frecuentes también dichos bloqueos.
¿Qué podemos hacer ante estas situaciones?
Sufrir un bloqueo mental por ansiedad de vez en cuando no supone ningún problema. Estas experiencias de manera puntual solo nos recuerdan la necesidad de manejar un poco mejor nuestras emociones. Ahora bien, en caso de que este fenómeno sea algo constante, es necesario consultarlo con un especialista.
A veces puede existir un problema de salud. Asimismo, es interesante tener a mano algunas estrategias sencillas para manejar este tipo de efectos psicológicos orquestados por el estrés o la ansiedad.
Volver atrás
Cuando nos quedamos bloqueados sin saber qué estábamos diciendo o haciendo, intentemos recordar qué estábamos haciendo antes o qué nos ha llevado a esa situación. Por ejemplo, si estamos manteniendo una conversación con alguien y hemos perdido el hilo, es adecuado preguntarle a esa persona qué era lo último que nos había dicho.
Visualizar para reducir la carga emocional
Un bloqueo mental por ansiedad no se resuelve añadiendo más preocupación. Hay que cambiar el enfoque para reducir esa intensidad psicofisiológica.
Lo ideal es practicar unos instantes la visualización mental: imaginar escenarios dotados de calma le permite al cerebro reiniciarse y armonizar la producción de neurotransmisores.
Practicar actividad física moderada
Cuando las emociones están a flor de piel es adecuado recurrir al movimiento físico. Salir a caminar o a correr favorece la oxigenación del cerebro, así como la producción de serotonina y endorfinas.
Para concluir, intentemos ver el bloqueo mental por ansiedad como un toque de atención. Cada vez que los experimentemos debemos tomar conciencia de que debemos empezar a coger las cosas a otro ritmo.
Fuente: La Mente es Maravillosa
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