Durante las fiestas se produce la mayor cantidad de accidentes oculares en el año, tanto por mal manejo de pirotecnia como por corchos de bebidas espumantes. En muchos casos se producen traumatismos serios en los que sólo es posible la reconstrucción del ojo pero no se puede lograr la recuperación de la visión. Así lo advirtieron los expertos de la Primera Cátedra de Oftalmología de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
De las lesiones producidas durante las festividades, el 75 por ciento son causadas por la mala manipulación de la pirotecnia, el 15 por ciento por corchos de bebidas espumantes, sobre todo de plástico, que apenas se saca el precinto sale disparado de la botella y el 15 por ciento por violencia social (peleas, heridas de armas blancas y balas pérdidas), accidentes de tránsito y excesos de alcohol.
Un dato de interés observado con cierta frecuencia, es que entre los familiares del niño con un traumatismo importante, alguno presenta la secuela de un accidente ocular en su infancia, a veces idéntico al que motiva la consulta.
La Primera Cátedra de Oftalmología de la UBA recomienda que se debe cuidar a los niños, que son quienes están más expuestos y a menudo son observadores pasivos, teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
No introducir los petardos y otros cohetes dentro de las botellas, latas u otros envases, ya que al explotar pueden producirse esquirlas y eso aumenta las lesiones.
No colocar los elementos de pirotecnia en los bolsillos.
Utilizar la pirotecnia en lugares abiertos y despejados al aire libre
La ingesta de alcohol es otro de los factores que incide, ya que la persona pierde reflejos y se potencian los riesgos de accidentarse.
Una vez que ocurre el accidente, conviene concurrir a un Centro de Salud Especializado.
Se debe lavar la zona del accidente con agua mineral o suero fisiológico y tapar con gasa estéril sin colocar gotas ni pomadas.
No arrojar aerosoles en el fuego y no usar pirotecnia clandestina, que es muy inestable y estalla con el mínimo roce, con un golpe o con el aumento de la temperatura.
Otro riesgo
Las pilas botón se encuentran en juguetes, relojes, zapatillas con luces, vinchas de cotillón y otros dispositivos electrónicos que, con frecuencia, están destinados a los chicos. Estas pilas son una poderosa fuente de energía pero, por su tamaño reducido, constituyen a su vez un gran riesgo.
Son frecuentes las consultas en la guardia de otorrinolaringología, en especial en esta época festiva, de casos de chicos que se meten las pilas botón en la nariz o los oídos. Por ello, especialistas del Hospital de Clínicas lanzaron una campaña para que los padres tomen conciencia sobre el peligro que representan estas pilas botón y refuercen las medidas de seguridad en el hogar.
La pila botón es uno de los cuerpos extraños capaz de traer las complicaciones de salud más severas. Esto se debe a varios factores que se combinan: en primer lugar por ser un cuerpo extraño, obstruye la vía respiratoria o comprime el canal auditivo, generando un daño físico puntual como cualquier otro elemento similar que los chicos se introducen por accidente. En segundo lugar, la pila botón contiene químicos altamente tóxicos, entre los que se encuentran el mercurio, el litio y el cadmio. Estos agentes se liberan progresivamente y son absorbidos por el cuerpo desde el contacto inicial de la pila con las mucosas.
Además, toda pila contiene una carga eléctrica; los líquidos corporales facilitan la conducción de la electricidad de la pila hacia el organismo. Y por último, si la pila sufrió algún daño en su estructura, puede liberar las sustancias corrosivas que contiene en su interior. Estos factores en conjunto constituyen un cuadro de gravedad, que deja secuelas permanentes a nivel orgánico (la más frecuente es la perforación del tabique nasal) y requiere una atención especializada de forma rápida y efectiva.
El objetivo de esta campaña, impulsada por los servicios de Otorrinolaringología Infantil y Toxicología del Clínicas, es advertir a los padres acerca de esta problemática y ponerlos en conocimiento de las medidas de seguridad que deben tener los juguetes de los chicos. Los receptáculos donde se colocan las pilas deben estar reforzados con tornillos o trabas de seguridad, que dificulten su apertura. Se debe comprobar que los pequeños no puedan forzar o remover la tapa que cubre las pilas con facilidad. En caso de que el juguete o dispositivo no tenga tornillos o las trabas sean débiles, los propios padres pueden incrementar la seguridad utilizando pegamento común para sellar el receptáculo.
Es importante resaltar que ante la sospecha de un accidente con una pila botón, se debe concurrir de inmediato a la guardia de emergencias. Los padres no deben intentar retirar el cuerpo extraño por su cuenta, ya que una mala maniobra puede agravar la situación.
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