La psicopatía es el resultado de una compleja combinación de factores, tanto ambientales como genéticos. Ahora, hemos descubierto una nueva particularidad cerebral. Te la explicamos.
Un trabajo de investigación reciente ha evidenciado que los psicópatas tienen una región cerebral más grande de lo normal. Se trata, en concreto, del cuerpo estriado: un conjunto de estructuras subcorticales que forman parte a su vez de los ganglios basales. Es un área relacionada con procesos importantes y que no solamente tienen que ver con nuestra cognición.
Cabe señalar, eso sí, que esta no es la primera particularidad neurológica que se ha descubierto en cuanto a la conducta psicopática. Ya llevamos años destapando capa a capa el misterio de la conocida como “personalidad oscura”. Sabemos, por ejemplo, que, en determinados procesos, como la empatía, el sentimiento de culpa, el miedo o la ansiedad, presentan serias alteraciones.
Sin embargo, es relevante matizar un aspecto esencial. Las alteraciones genéticas y neurológicas no son suficientes para explicar por qué un hombre o una mujer es un psicópata. Basta recordar un nombre: el del doctor James Fallon. Es uno de los neurólogos más prestigiosos del mundo. Él mismo descubrió que presenta los genes y particularidades neurológicas de este perfil.
Es más, en su familia paterna hubo hasta siete asesinos, siendo una de ellas la famosa Lizzie Borden. Sin embargo, el doctor Fallon pudo disfrutar de una infancia estructurada y feliz. Lo que sabemos es que el ambiente es, en muchos casos, ese factor que activa o desactiva el gen de la psicopatía, ese que muchas personas llevan en su interior.
Los psicópatas tienen una región cerebral más grande que la media
Neurocientíficos de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur (NTU Singapur), de la Universidad de Pensilvania y de la Universidad Estatal de California publicaron hace muy poco un estudio muy interesante. Ahora, sabemos que los psicópatas tienen una región cerebral más grande que la media: se trata del cuerpo estriado.
Este factor nos permitiría hacer una distinción entre quienes podrían presentar este rasgo y los que no. Sería suficiente con realizar una resonancia magnética para saberlo. En concreto, lo que veríamos es que las personas con rasgos psicopáticos (activos o latentes), presenta una región estriada que es un 10 por ciento más grande que la de quienes carecen de esta característica.
Ahora bien, la pregunta que nos viene a continuación es más que evidente. ¿Qué particularidades hay en quién presenta este matiz en su cerebro? Lo analizamos.
Un núcleo estriado demasiado activo: la mente en busca de recompensas
El núcleo estriado se ocupa de distintas funciones que son esenciales para el ser humano. Entre ellas están las relativas al aprendizaje motor, al movimiento o la memoria procedimental. Sin embargo, también es decisiva en tareas como la conducta motivada o la capacidad de seleccionar acciones en función de las recompensas esperadas.
Bien, si hay un aspecto que define a los psicópatas es su conducta instrumental. Es decir, actúan solo por interés propio y para obtener aquello que desean. El núcleo estriado controla, mediante la secreción de dopamina, el sistema de recompensa del cerebro. Lo que se ha evidenciado en este estudio es que esta función presenta una elevada actividad en dicho perfil.
Es decir, pensemos lo que supone tener a una persona con una baja empatía, pero altamente motivada para lograr lo que quiere (sea lícito o no). El resultado más probable sería un patrón de comportamientos que vulneraría los principios éticos, morales y legales.
Una conducta con mayor inclinación a la violencia
Los psicópatas tienen una región cerebral más grande de lo normal: el núcleo estriado. Sin embargo, presentan, además, cambios estructurales y funcionales del cerebro muy llamativos. Trabajos como los realizados en la Universidad de Turku, en Finlandia, evidencian una gran impulsividad, falta de control cognitivo y una regulación muy poco eficiente a nivel social de las emociones.
Todo ello aumenta la probabilidad de que se involucren en acciones violentas y delictivas. Cabe matizar, eso sí, que no todas las personas con rasgos psicópatas cruzan este umbral. Muchas se convierten en esos compañeros de trabajo agresivos, en esos jefes que abusan de su autoridad y que conducen al desastre a su propia empresa.
Es importante señalar, que solo el 1 por ciento de la población, demuestra una psicopatía de alto grado capaz de conducirles hasta actos agresivos e ilegales. Abundan en mayor grado las personas con rasgos psicopáticos de bajo grado, con los que se hace difícil convivir, los que engañan y manipulan para lograr lo que quieren. Conductas reprochables, poco éticas pero no denunciables a nivel legal.
Conclusión
El profesor Adrian Raine, del departamento de criminología, psiquiatría y psicología de la Universidad de Pensilvania es coautor del estudio del que hemos hecho referencia. En él señala que la herencia tiene mucho que ver en que los psicópatas tengan una región cerebral más grande de lo normal. Es decir, se puede heredar de padres a hijos.
¿Significa esto que tener un núcleo estriado más grande determinaría nuestra conducta psicopática? La respuesta es no. Presentar determinadas anormalidades cerebrales asociadas a la psicopatía no activa este rasgo en el 100 por ciento de los casos. Es un riesgo, evidentemente. Sin embargo, tal y como hemos indicado al inicio, hay más variables asociadas aparte de las genéticas o biológicas.
Crecer en un entorno social y familiar seguro, nutritivo emocionalmente, libre de experiencias traumáticas, puede adormecer el desarrollo de esta característica. A pesar de que aún no lo sabemos todo sobre esta alteración de la personalidad, no es menos cierto que cada día conocemos un poquito más sobre ella.
Fuente: La Mente es Maravillosa
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