Los beneficios para la salud que reporta el sexo practicado con regularidad han sido ampliamente demostrados. De modo que es lógico inferir que este factor incremente también la expectativa de vida de las personas.[{adj:24775 alignright}]
Así lo aseguran los investigadores de la sexualidad Sheree Conrad y Michael Milburn, de la Universidad de Massachussets en relación, principalmente, a una hormona denominada dehidroepiandrosterona, mejor conocida como Dhea.
Esta sustancia es producida por la glándula adrenal a partir del colesterol y sus niveles aumentan justo antes del orgasmo, hasta alcanzar entre tres y cinco veces los valores normales. Por lo demás, los estudios revelan que su concentración es significativamente más elevada entre las personas que continúan siendo sexualmente activas.
La Dhea, por ejemplo, inhibe el crecimiento de tumores, previniendo potencialmente el cáncer, y también se la ha asociado con una reducción de las cardiopatías, una de las principales causas de muerte por enfermedad.
Al respecto, hace unos años una investigación mostró los resultados de un seguimiento a un grupo de hombres durante dos décadas, constatando que aquellos que presentaban unos niveles de Dhea superiores a la media tenían un 15 por ciento menos probabilidades de morir a causa de cardiopatías.
Otro estudio publicado en el British Medical Journal concluyó que, al menos para los hombres, tener relaciones sexuales con regularidad, reducía el riesgo de muerte. Dirigido por investigadores de la Universidad de Bristol y de la Queen’s University de Belfast, se efectuó sobre más de 900 varones, con edades comprendidas entre los 45 y los 59 años que residían en la localidad de Caerphilly, en el sur de Gales, así como en cinco aldeas cercanas. Los hombres que afirmaban tener orgasmos dos o más veces a la semana presentaban la mitad de riesgo de muerte que aquellos que eran menos activos sexualmente. La tasa de mortalidad en los varones menos activos sexualmente era 2,2 veces superior que en la de los sexualmente más activos. El efecto de tener relaciones sexuales con regularidad era particularmente llamativo en lo que respecta a enfermedades cardiovasculares.
Lo que hizo que este análisis resultara tan significativo fue que los investigadores controlaron una serie de factores que afectan a la salud y gravitan en la longevidad, como el hecho de ser fumador o no, los niveles de colesterol, la presión sanguínea o los antecedentes de enfermedades cardiovasculares.
Los resultaron llevaron a concluir que no es que las personas sanas simplemente vivan más tiempo y que, gracias a su buena salud, sean más propensas a ser sexualmente activas. Sino que tener una vida sexual activa influye sobre cuánto viven las personas, al margen de su estado general de salud.
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