Desde el inicio del brote del coronavirus la población empezó a atravesar un momento de incertidumbre y de dudas, que pueden provocar sentimientos y pensamientos negativos, los cuales poco a poco pueden afectar la salud mental de las personas, particularmente de aquellas que forman parte del grupo de riesgo. Por las Licenciadas en Psicología Mariela Garabello (*) y Mailén Barreto Buthay (*). Especial para AIM.
En cuanto a éste grupo de personas, se ha demostrado que el covid-19 afecta en mayor medida no solo a personas de mayor edad, sino también a aquellas con sobrepeso, problemas cardiacos, así como con hipertensión y diabetes. De allí que, si bien todos debemos tener los cuidados pertinentes, esas personas deben hacerlo con mayor rigurosidad.
En este sentido, además del distanciamiento social y las medidas de higiene, es fundamental modo de cuidado eficaz que estas personas traten de mantener la calma, su estabilidad emocional, ya que, junto al tratamiento médico que deben seguir, son claves para su control efectivo, sobre todo en casos donde la hipertensión y la diabetes tienden a incrementarse cuando la persona por algún motivo se altera, se preocupa, se asusta o se enoja.
Estas emociones no manejadas asertivamente son estresores y como tal afectan nuestro organismo no solo a nivel psíquico, sino también físico.
El cortisol liberado en sangre durante estos momentos, altera el sistema nervioso preparándolo como para una batalla, todo lo cual incrementa la presión sanguínea, y de allí afecta muy negativamente a un hipertenso, así como en tanto hay un mayor gasto de energía se libera mayor cantidad de glucosa, que para la persona diabética es muy contraproducente.
A su vez para una persona con sobrepeso, el mantenimiento de su calma, favorece en mayor medida la evitación de malas canalizaciones, como el buscar tapar esas emociones en la comida o con desánimo, lo cual incrementa el sedentarismo que es totalmente nocivo para el cambio de hábitos que deben generar, como para las personas en general.
Por todo ello, será importante que, en medio de esta pandemia que a todos les ha generado cierta desadaptación y desestabilización emocional, las personas tomen ciertas medidas, no solo para cuidar su salud física, sino también su salud mental y el estrés que la situación podría generar.
Será fundamental no solo cuidar nuestra salud física y evitar la propagación del coronavirus, sino también ocuparnos de nuestra salud mental para mantener nuestro equilibrio emocional durante la cuarentena.
¿Qué podemos hacer para fomentar la calma y el mantenimiento de buenos hábitos? -Sentir que podemos recuperar el control de la situación. Esto colabora a mantener nuestro equilibrio mental dado que generará una sensación de tranquilidad. Para lograrlo será primordial colocar el foco de control en uno mismo, porque si pongo el foco de control en el exterior, por ejemplo, en esperar que salga una vacuna, seguramente me sentiré desesperanzado, angustiado. Si por el contrario hago eje en lo que sí puedo hacer, en lo que está a mi alcance, como por ejemplo lavarme las manos, usar barbijo, mantener la distancia social, y respetar el aislamiento, iremos recuperando el control de la situación y nuestro sentimiento será más bien de esperanza, confianza, tranquilidad y así mantendremos nuestra mente en equilibrio. -Ser conscientes de que la vida continúa a pesar de los cambios temporarios que debamos hacer.
Por lo tanto, será bueno que comencemos a “amigarnos” con la situación que nos toca vivir, dado que sabemos que se irá a extender en el tiempo, y realizar las adaptaciones pertinentes a fin de lograr una rutina de vida saludable durante todo este tiempo, a fin de estar mejor preparados para hacerle frente a ésta pandemia. Hay que entender que no vamos a tener vida normal en estos meses que vienen. Para esto, una herramienta mental que ayuda es la aceptación, es decir comprender que la situación de pandemia en que nos encontramos es un hecho y no hay vuelta atrás, y es necesario aceptarla como tal, tomando los recaudos necesarios.
La aceptación mental no es lo mismo que la resignación, dado que ésta me lleva a tener una actitud pasiva y de abatimiento frente a la situación. Por el contrario, la aceptación me ayuda a reconocer la situación como tal, sin agregados, y así poder tomar una actitud proactiva frente a la misma y accionar con calma.
De este modo, podremos lograr mantener los horarios de sueño y alimentación, así como una rutina que nos mantenga ordenados, que incluya actividad física como también actividades de recreación, lo cual calma la ansiedad y colabora con el control de impulsos y las malas canalizaciones.
Asimismo, se debe evitar dormir hasta tarde, ya que el sueño es reparador, pero solo si se realiza en el horario adecuado que es de 22 a 6 de la mañana. Así nuestro cuerpo tendrá la energía, como la estabilidad anímica necesaria para cumplir con aquello que nos propongamos desde un estado de ánimo más positivo y una mejor predisposición a la acción.
-Enfocarnos en el presente, en lo que podemos ir haciendo día a día. Estar mirando el pasado solo trae parálisis, desánimo y tristeza y un exceso de futuro preocupación y ansiedad. El poder siempre lo tenemos en el ahora y solo desde allí podemos obtener resultados reconfortantes. Al tiempo que en la medida que vamos actuando, por pequeños que sean los pasos que demos hacia eso que buscamos, la motivación, el compromiso y la satisfacción se van incrementando, junto a ello la calma emocional. Esto no quiere decir que no debemos tener proyectos futuros, pero sí que para llegar a ellos, solo debemos ir actuando en el ahora.
Un ejercicio que es muy eficaz para ir logrando esta actitud es la meditación. Mediante la misma no solo logramos relajarnos, calmar nuestros pensamientos, conectarnos más con nuestro cuerpo y sentir en el ahora, sino que, desde allí, también aumenta nuestra capacidad de regular como experimentamos nuestro entorno en lugar de dejar que éste determine nuestras vidas, al incrementar un mayor control y manejo asertivo de nuestras emociones. También promueve la resiliencia y la fortaleza mental, que en este momento que estamos pasando a nivel social es clave al ofrecer mayor creatividad y claridad mental para ver las cosas desde un lugar más resolutivo y no catastrófico.
Las Licenciadas en Psicología Mariela Garabello (*) y Mailén Barreto Buthay (*) tienen a cargo el área Psicología en Icarus Centro de Salud & Longevidad, en Paraná y Colón, respectivamente.
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