El 14 de noviembre de 1817 los realistas españoles fusilaron en Bogotá a Policarpa Salavarrieta, “la Pola”, heroína de la independencia de Colombia, nacida en Guadas, Cundinamarca, 23 años antes.
Muy joven se incorporó a la lucha patriota y tras la muerte de sus padres viajó a Bogotá, donde trabajó de costurera, infiltrándose en las casas de la gran sociedad. Allí escuchando a las damas conseguía información, movimiento de las tropas españolas, planes de ataque, cantidad de hombres y armamento.
Era el correo de las legiones guerreras, además de su labor de espionaje, hacía contactos para los guerrilleros, los mensajes iban y venían; Policarpa se movía con tranquilidad por las calles de Bogotá, sin generar sospechas de sus actividades.
Pero al caer prisioneros los hermanos Almeida, miembros del movimiento clandestino, que tenían en su poder documentos que involucraban a la Pola, pusieron en alerta a los realistas que la persiguieron con ahínco, fue detenida y juzgada en consejo de guerra: la muerte era la pena para los revolucionarios que se enfrentaban a la corona española.
Policarpa marchó al suplicio maldiciendo a los españoles diciendo: "¡Pueblo indolente! ¡cuán distinta sería hoy vuestra suerte si conocierais el precio de la libertad! Ved que, mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más! ¡No olvidéis este ejemplo!" Fue fusilada en Bogotá el 14 de noviembre de 1817, junto a otros patriotas.
Ella es el símbolo de la valentía y coraje, revolucionaria y libertaria, representa a todos los que lucharon por sus ideales de oposición al régimen.
Las guerrillas de Cundinamarca continuaron la lucha y se unieron con las tropas de Simón Bolívar en 1819.
En 1967 el Presidente de Colombia Carlos Lleras Restrepo, declaró el día 14 de noviembre "día de la mujer colombiana" en honor del aniversario de la muerte de "nuestra heoína Policarpa Salavarrieta".
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