Ante la fractura que se formó recientemente junto al río Paraná, en la localidad de Diamante; situación que obligó la evacuación de algunos vecinos de la zona del Cristo Redentor, el doctor en Ciencias Geológicas, Ernesto Brunetto, investigador del Conicet en el Centro de Investigaciones Científicas y de Transferencia de Tecnología a la Producción (Cycittp), junto con el licenciado Javier Soffiantini, fueron convocados para analizar las causas y consecuencias. El trabajo coordinado entre los equipos del Segemar, del Conicet y de la Uader, permitió establecer un plan de monitoreo y análisis de cómo evolucionará el proceso a lo largo de esta barranca, a los efectos de la predicción y la prevención. [{adj:22982 alignright}]
¿Cuál es la situación actual del deslizamiento?
Este fenómeno ocurre frecuentemente en la barranca del río Paraná a lo largo de toda la costa entrerriana. En el caso que nos ocupa, la zona del Cristo Pescador de Diamante, un sector importante se ha desprendido. Inicialmente nos encomendaron definir los límites del potencial desprendimiento para evaluar la amenaza sobre la población y sobre el sector urbano que está muy afectado. El deslizamiento del sector delimitado está en una etapa muy avanzada. Luego, un equipo del Segemar (Servicio Geológico y Minero de Argentina) realizó un estudio especializado y detallado para determinar el mecanismo del movimiento y realizar recomendaciones para mitigar los efectos en el corto y mediano plazo. El deslizamiento es un fenómeno natural que ocurre en los sectores de barrancas de los ríos que tienen pendientes muy pronunciadas. En esas barrancas se generan desprendimientos y deslizamientos de bloques y masas del terreno generados por la fuerza de la gravedad debido a la carga que poseen, principalmente de agua.
¿Qué revelaron los primeros estudios?
Dada la inminencia del fenómeno, realizamos un análisis expeditivo solicitado por las autoridades locales de Defensa Civil. Establecimos las dimensiones del fenómeno en la barranca: la extensión a lo largo, alcanza 130 metros; en tanto hacia el interior del terreno la fractura principal, que limita con el bloque desprendido, se encuentra a una distancia de hasta 15 metros. Pudimos evaluar la inminencia del desprendimiento antes de que ocurriera y detectamos que esa fractura alcanzaba la base del nivel de arcillas, que definimos como el nivel “de despegue” muy débil sobre el cual los bloques más consistentes se desplazan dado que no tienen una base de sustentación. Este análisis permitió definir un área de máxima amenaza para ese sector urbano, siendo un ala del Centro Educativo San Roque el más afectado.
Hasta ahora, ¿cuál es la magnitud de este fenómeno?
Es un evento que forma parte de una evolución cíclica en la cual el frente de la barranca va retrocediendo hacia el interior del terreno. Tenemos evidencias claras de que en toda la zona de la costanera diamantina ha ido retrocediendo en los últimos siglos, y ahora, estamos tratando de estimar la velocidad de dicho retroceso, para poder entender cómo evolucionaría naturalmente. Sobre esta base deben evaluarse los efectos antrópicos. En ese contexto, parte del trabajo es evaluar cómo funcionó una obra realizada años atrás en el sector Norte, tema que está en la agenda del grupo de trabajo interinstitucional y multidisciplinario que integramos.
¿Hay registros históricos de un hecho como éste?
Sí, en los años 70 se produjo un gran desprendimiento en la zona del puerto. Años después, en un sector ubicado hacia el Sur del embarcadero, muy cercano al área ahora afectada, ocurrió un deslizamiento del terreno que provocó la caída de una escuela. Por estos motivos se emprendió el gran proyecto de obras que he venido mencionando y alcanzaron el sector Norte de la barranca de Diamante.
¿Cuáles son las soluciones que se proponen?
Ya tenemos algunos datos para evaluar la velocidad con la cual ha retrocedido el frente de la barranca en el Cristo Pescador en los últimos 200 años, lo que nos permitirá estimar la proyección de mediano y largo plazo. En ese sentido, deberá buscarse un equilibrio entre las soluciones que llamamos “estructurales”, que serían todas las que provinieran de la ingeniería, profesiones con quienes ya estamos interactuando; con medidas no estructurales orientadas a estrategias de organización del territorio y el uso del suelo. La problemática no es exclusiva de este sector que nos ocupa. Se trata de una problemática regional, y sabemos que grandes obras para toda la costa del Paraná resultarían muy onerosas. Si podemos anticiparnos a los efectos observando la tendencia del proceso, seguramente estas soluciones serán más económicas. En algunos casos, debe analizarse si relocalizar sectores urbanos será más costoso que realizar las obras de mitigación. O existen acciones que permitan reducir los factores que generan la inestabilidad del terreno, por ejemplo, evitar las pérdidas de las redes de provisión de agua y desagües pluviales y cloacales.
¿Podría haberse evitado, o prevenido?
Se han ensayado propuestas de mitigación en varios sectores de la provincia de Entre Ríos. En la zona del puerto se diseñó un proyecto para estabilizar un sector muy extenso de la barranca y esa obra alcanzó la zona del Parque del Mirador (en la cual se sitúa nuestro Centro). En el caso del Cristo Pescador nos encontramos 500 metros más al Sur, fuera del sector donde se realizó la intervención. Todos sabemos y sabíamos que la cuestión está latente, sabíamos que en el sector no hay obras de mitigación. Por lo tanto como sociedad estábamos conscientes de esta posibilidad. Desde el sector científico y académico proponemos que hay que hacer una transferencia de los conocimientos que vamos generando para que se establezca un debate sobre la organización en el territorio. Como vemos que hay una tendencia que muestra la intensificación de los procesos controlados por el clima, tanto desprendimientos de barrancas como inundaciones en áreas bajas, nuestra máxima preocupación es anticiparnos a esa situación.
¿Qué se busca aportar desde el Cicyttp?
Sobre la base del estudio especializado realizado por el Segemar, con la colaboración del Conicet, se elaboró un plan de trabajo que implica: el establecimiento de la línea de base y monitoreo, análisis de evolución histórica de eventos previos y velocidad de retroceso de la barranca, un estudio geotécnico e hidrogeológico mediante perforaciones, acciones de gestión de los servicios de agua para evitar aportes al subsuelo, y un estudio para la generación de un plan de forestación de la barranca.
La situación, ¿podría repetirse en otras zonas de Diamante?
Toda la barranca del Paraná es susceptible de que esto ocurra. Hay una zona muy amenazada en la zona del Paraje de Puerto General Alvear, al Norte de Diamante, y en la margen derecha de la desembocadura del arroyo “La Ensenada”, uno de los tributarios del Paraná. La localidad de Puerto General Alvear sufre estos fenómenos permanentemente y hace pocos meses los deslizamientos han generado destrucción de viviendas ubicadas en la zona baja. En Entre Ríos es un fenómeno muy frecuente. Hace dos años, se desprendió un bloque muy grande en el Parque Urquiza, de la ciudad de Paraná, y hace tres años hubo un desprendimiento en la desembocadura del arroyo “Las Conchas”, cerca de la ciudad de Paraná, que también arrastró viviendas costeras.
Las autoridades municipales y provinciales, ¿acudieron a ustedes?
Sí, y esto es muy interesante. Estos episodios límites ponen a prueba el funcionamiento de nuestra organización social frente a estos casos. La Municipalidad y los otros actores de la comunidad de Diamante que forman parte de Defensa Civil -el caso concreto de los bomberos, que estuvieron muy comprometidos desde el inicio-, inmediatamente acudieron al Centro de investigaciones y por eso pudimos hacer la evaluación antes de los desprendimientos mayores. La Municipalidad, los bomberos, Prefectura Naval y el Cicyttp, que está incluido en la Comisión de Defensa Civil de Diamante, nos reunimos para evaluar el problema inmediatamente. En ese sentido, no hubo demora. Respondimos el llamado de manera inmediata cuando nos informaron sobre las primeras evidencias del problema.
Ernesto brunetto
Investigador Adjunto de Conicet, responsable de la asignatura Ciencias de la Tierra en la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Uader. Coordinador del Laboratorio de Geología del Neógeno y del Cuaternario del Cicyttp.
Javier soffiantini
Licenciado en Geología. Personal de Apoyo del Conicet en el Cicyttp.
Cicyttp
Un centro de investigación que cuenta con el trabajo asociado de los distintos grupos de Ciencias de la Tierra y de un grupo de Arqueología con objetivos comunes. “Además de orientar las investigaciones a los problemas de los riesgos ambientales, la institución también tiene un compromiso con la actividad académica. En el Cicyttp se desarrolla una Maestría en Geomática aplicada la gestión de riesgos ambientales, que se ofrece con la base de este Centro de Investigaciones, y la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Uader. Ambas instituciones juntas, constituyen un punto de referencia en un conjunto de disciplinas relacionadas con las Ciencias de la Tierra. Uno de sus campos centrales de acción es el análisis de los fenómenos naturales que conllevan amenazas de desastres naturales como pueden ser los desprendimientos, las inundaciones y la erosión de suelos. Éstas son las problemáticas más sensibles de nuestra región”.
www.cicyttp.org.ar